
A los 21 años, Tim Lake descubre un secreto familiar: los hombres de su familia pueden viajar en el tiempo, pero solo dentro de su propia vida. No puede cambiar la historia del mundo, pero sí sus errores, sus silencios… y sus oportunidades perdidas. Tim decide usar este don para conquistar a Mary, la mujer de sus sueños. Pero con el tiempo (literalmente), aprenderá que la felicidad no se encuentra repitiendo el pasado, sino viviendo el presente.
Cuestión de tiempo no es solo una historia de amor, es una celebración de la vida. De los pequeños detalles, de las despedidas que duelen y de los instantes que parecen insignificantes hasta que ya no vuelven. Tim no solo quiere ser mejor novio o mejor esposo: quiere ser mejor hijo, mejor amigo, mejor persona. Y en ese proceso, descubre que el verdadero viaje en el tiempo es aprender a valorar cada día.
Dirigida por Richard Curtis (creador de Love Actually), esta película mezcla humor, ternura y profundidad emocional con un estilo sencillo pero muy eficaz. Con actuaciones entrañables de Domhnall Gleeson, Rachel McAdams y Bill Nighy, la historia nunca cae en el cliché. Todo lo contrario: emociona sin manipular, y deja huella sin gritar.
Las canciones y la música instrumental envuelven cada escena como si fueran parte de los recuerdos. Desde temas suaves y nostálgicos hasta melodías llenas de esperanza, la banda sonora acentúa la belleza de lo simple, de lo humano… de lo real.
Cuestión de tiempo es una historia sobre amor, pérdidas, decisiones y gratitud. Una película que no necesita efectos grandiosos ni giros extremos: solo un mensaje profundo vestido de ternura. Perfecta para quienes buscan algo más que un romance… para quienes quieren una razón para mirar la vida con otros ojos.