
Dirigida por Mitja Okorn, Una vida en un año (Life in a Year) es un drama romántico que mezcla momentos de ternura con golpes emocionales que te dejan pensando. La cinta sigue a Daryn (Jaden Smith), un joven con el camino académico y profesional que su padre ya diseñó para él, hasta que conoce a Isabelle (Cara Delevingne), una chica rebelde que vive intensamente porque su tiempo es limitado.
Cuando Isabelle revela que le queda poco tiempo de vida, la pareja decide comprimir todos los sueños, aventuras y experiencias de una vida entera en un solo año. Desde los momentos románticos hasta los desafíos más duros, la película muestra cómo el amor puede transformar la manera en la que se afronta la mortalidad.
Jaden Smith sorprende con una interpretación sensible y auténtica, dejando ver vulnerabilidad y fuerza en su papel. Por su parte, Cara Delevingne logra transmitir frescura, rebeldía y fragilidad al mismo tiempo. La química entre ambos hace que la historia, aunque conocida, se sienta cercana y emotiva.
La película mezcla tonos vibrantes en los momentos de felicidad con una fotografía más íntima y melancólica en las escenas dramáticas. Ese contraste refuerza la idea de que la vida está hecha de instantes fugaces, intensos y contradictorios.
La música acompaña con un aire moderno y juvenil, reforzando la conexión entre los protagonistas y transmitiendo energía incluso en los pasajes más tristes. Es un reflejo del espíritu de vivir rápido, amar fuerte y no guardar nada para después.
Una vida en un año no es la típica historia romántica: es un recordatorio de que el futuro no está asegurado y que los momentos más valiosos son los que se viven ahora. Aunque puede sonar familiar para quienes han visto otros dramas de “amor y enfermedad”, la película consigue emocionar y dejar un mensaje positivo entre lágrimas.