
Dirigida por Makoto Shinkai, Viaje a Agartha (Hoshi o Ou Kodomo) es una película de animación japonesa estrenada en 2011. Conocida también como Children Who Chase Lost Voices, esta obra combina aventura, fantasía y reflexión existencial, consolidando a Shinkai como un autor que sabe explorar las emociones humanas a través de mundos mágicos y visualmente cautivadores.
La historia sigue a Asuna, una estudiante solitaria que pasa sus días escuchando misteriosas melodías a través de una radio especial heredada de su padre. Su vida cambia cuando conoce a Shun, un enigmático joven proveniente de un lugar llamado Agartha, un mundo subterráneo lleno de maravillas y peligros. Decidida a comprender la verdad y motivada por su propio vacío emocional, Asuna emprende un viaje que la enfrentará a criaturas míticas, guardianes ancestrales y a la eterna pregunta sobre la vida y la muerte.
Asuna encarna la curiosidad y el dolor de crecer enfrentando la pérdida, mientras que personajes como Shin, hermano de Shun, y el profesor Morisaki aportan perspectivas distintas sobre el duelo y el deseo de reencontrarse con los seres amados. Cada figura del relato refleja un aspecto de la condición humana frente a la ausencia y la esperanza.
La animación es uno de los mayores atractivos de la película. Makoto Shinkai ofrece escenarios de gran belleza: montañas, ríos, cielos infinitos y el fascinante mundo de Agartha, lleno de simbolismo y misterio. La atención al detalle y la paleta de colores transmiten tanto la majestuosidad de la naturaleza como la melancolía de la aventura interior de los protagonistas.
La banda sonora compuesta por Tenmon, colaborador habitual de Shinkai, envuelve la narrativa con melodías emotivas que potencian la atmósfera fantástica y espiritual. La música acompaña tanto los momentos de peligro como los instantes de calma y contemplación, convirtiéndose en un elemento clave de la experiencia sensorial.
Viaje a Agartha no es solo una película de aventuras fantásticas, sino también una reflexión sobre la pérdida, el dolor y la resiliencia. Aunque algunos la han comparado con obras del Studio Ghibli por su estilo visual y temático, mantiene la impronta característica de Shinkai: la melancolía, la belleza y la búsqueda de conexiones emocionales. Una obra que, más allá de la fantasía, invita a mirar hacia dentro y a valorar lo efímero de la vida.