
Dirigida por Alexandre Aja, Espejos siniestros (Mirrors) es una película de terror psicológico y sobrenatural estrenada en 2008. Inspirada en la cinta surcoreana Into the Mirror (2003), propone un relato inquietante en el que los espejos se convierten en portales hacia fuerzas malignas que atormentan a los protagonistas.
La historia sigue a Ben Carson (Kiefer Sutherland), un expolicía atormentado por su pasado que comienza a trabajar como guardia nocturno en un centro comercial abandonado tras un incendio. Allí descubre que los espejos del lugar reflejan algo más que la realidad: muestran una presencia siniestra que empieza a acosarlo a él y a su familia. Lo que al inicio parece una alucinación pronto se transforma en una lucha desesperada contra un mal ancestral.
Kiefer Sutherland encarna a Ben con una mezcla de vulnerabilidad y determinación, recordando sus papeles intensos en el género del suspenso. Paula Patton interpreta a Amy, su exesposa, que se ve arrastrada por la pesadilla junto a sus hijos. El elenco lo completa Amy Smart, en un papel breve pero impactante, recordado por una de las escenas más perturbadoras de la cinta.
La dirección de Alexandre Aja se caracteriza por su capacidad de generar tensión a través de atmósferas opresivas y escenas gráficas de horror. Los espejos funcionan como un recurso visual inquietante, multiplicando la sensación de paranoia y atrapando al espectador en un juego de reflejos que no siempre muestran la realidad. La mezcla de escenarios oscuros y efectos prácticos crea un entorno angustiante y perturbador.
La banda sonora acompaña con tonos sombríos y tensos, reforzando el ambiente sobrenatural. Los silencios prolongados y los sonidos metálicos amplifican la tensión antes de los sustos, manteniendo la sensación de peligro constante. El tono general combina el suspenso psicológico con el horror gráfico característico del director.
Espejos siniestros (2008) es una propuesta que mezcla lo sobrenatural con el horror visceral, convirtiendo un objeto cotidiano en fuente de pesadilla. Aunque no revolucionó el género, se consolidó como una de las películas más recordadas de Alexandre Aja por su atmósfera opresiva y sus impactantes escenas de terror. Una experiencia perturbadora que nos recuerda que, a veces, los espejos guardan más de lo que reflejan.