
Dirigida por Chuck Russell, La máscara (The Mask) se estrenó en 1994 y rápidamente se convirtió en un fenómeno cultural gracias a su mezcla de comedia, fantasía y efectos visuales innovadores para la época. Basada libremente en los cómics de Dark Horse, la película lanzó al estrellato a Jim Carrey y nos regaló un personaje icónico que aún hoy sigue siendo recordado.
La trama sigue a Stanley Ipkiss (Jim Carrey), un tímido y bondadoso empleado de banco que lleva una vida gris y rutinaria. Todo cambia cuando encuentra una antigua máscara nórdica que, al ponérsela, desata su lado más salvaje y desenfrenado, transformándolo en un ser verde, carismático y casi invencible. Con estos nuevos poderes, Stanley desafía a los criminales de la ciudad y llama la atención de Tina Carlyle (Cameron Diaz, en su debut cinematográfico), mientras enfrenta al mafioso Dorian Tyrell (Peter Greene), que también desea el poder de la máscara.
Jim Carrey se roba la película con una interpretación desbordante, mezclando humor físico, expresiones caricaturescas y un carisma inigualable. Cameron Diaz brilla en su debut como Tina, aportando frescura y encanto. Peter Greene da vida a un villano violento y ambicioso, contrastando con el humor del protagonista. Además, el perrito Milo se convierte en uno de los personajes más queridos y memorables del filme.
Uno de los grandes atractivos de la película son sus efectos visuales, que mezclan acción real con animación digital de manera innovadora para la época. Las transformaciones de la máscara convierten a Stanley en un personaje de dibujos animados dentro del mundo real, con gags visuales exagerados y un humor slapstick que encaja perfectamente con el estilo de Jim Carrey. La atmósfera combina cine noir, comedia disparatada y fantasía urbana.
La banda sonora mezcla jazz, swing y ritmos latinos que refuerzan el tono desenfrenado y festivo de la película. Canciones como “Hey! Pachuco” y las icónicas escenas de baile, incluida la de “Cuban Pete”, se convirtieron en parte del legado cultural del filme, consolidando su carácter divertido y extravagante.
La máscara (1994) no solo fue un éxito de taquilla, sino también una de las comedias más emblemáticas de los años 90. Con un protagonista inolvidable, efectos innovadores y un humor que sigue funcionando décadas después, se consolidó como un clásico moderno. Una película que mostró el talento de Jim Carrey en su máximo esplendor y que sigue siendo tan divertida como el día de su estreno.