
Dirigida por Darren Lynn Bousman, El juego del miedo 4 (título original Saw IV) es la cuarta entrega de la popular saga de terror creada por James Wan y Leigh Whannell. Protagonizada por Tobin Bell, Costas Mandylor, Scott Patterson y Betsy Russell, esta película expande la historia tras la muerte de Jigsaw, explorando cómo su legado se mantiene vivo a través de nuevos juegos y revelaciones.
La historia comienza inmediatamente después de los eventos de la tercera película, con la autopsia de John Kramer (Bell). A pesar de su muerte, un nuevo juego se desarrolla en paralelo, esta vez centrado en Rigg (Lyriq Bent), un oficial de SWAT obsesionado con salvar a otros. A lo largo de la noche, Rigg debe superar una serie de pruebas diseñadas para confrontar su incapacidad de dejar que las personas enfrenten sus propias consecuencias. Al mismo tiempo, el FBI investiga si hay un nuevo aprendiz detrás de las trampas.
Aunque Tobin Bell aparece principalmente en flashbacks, su presencia sigue siendo esencial, profundizando en la filosofía de Jigsaw y sus motivaciones. Costas Mandylor como el detective Hoffman gana relevancia en esta entrega, mientras que Scott Patterson y Betsy Russell aportan solidez a la trama policial y al universo en expansión.
Darren Lynn Bousman continúa con el estilo visual oscuro y frenético de la saga, añadiendo trampas más elaboradas y sangrientas. Esta entrega se caracteriza por entrelazar varias líneas temporales, revelando conexiones inesperadas con las películas anteriores. El montaje rápido y la narrativa no lineal mantienen la atención constante.
La banda sonora de Charlie Clouser vuelve con su característico tono industrial, acompañando cada trampa y giro argumental. El icónico tema “Hello Zepp” acompaña nuevamente las revelaciones finales, reforzando el clímax con fuerza.
El juego del miedo 4 (2007) demuestra que el legado de Jigsaw puede continuar más allá de su muerte física. Con nuevas trampas, personajes clave en desarrollo y giros que conectan con toda la saga, ofrece una entrega intensa que mantiene vivo el espíritu retorcido de la franquicia.