
Dirigida por Len Wiseman y protagonizada por Colin Farrell, Kate Beckinsale y Jessica Biel, El vengador del futuro (*Total Recall*) es una nueva adaptación de la historia corta de Philip K. Dick “Podemos recordarlo por usted al por mayor”, y un remake de la icónica película de 1990 protagonizada por Arnold Schwarzenegger. Esta versión ofrece un enfoque más estilizado y futurista, lleno de acción y efectos visuales espectaculares.
Douglas Quaid (Colin Farrell) es un obrero que lleva una vida aparentemente común en una sociedad dividida entre dos superpotencias: la Federación Unida de Bretaña y la Colonia. En busca de emociones, decide visitar Rekall, una empresa que implanta recuerdos falsos para vivir experiencias únicas. Pero cuando el procedimiento sale mal, descubre que podría ser un espía con una identidad oculta, desatando una persecución implacable en un mundo lleno de intrigas y tecnología avanzada.
Colin Farrell interpreta a Quaid con intensidad y vulnerabilidad, aportando un enfoque más humano al personaje en comparación con la versión original. Kate Beckinsale destaca como la supuesta esposa convertida en antagonista, ofreciendo escenas de combate memorables. Jessica Biel complementa como la aliada misteriosa que ayuda a Quaid a descubrir la verdad.
La película sobresale por su diseño de producción: ciudades superpobladas, estructuras verticales imposibles y tecnología omnipresente crean un entorno visualmente impactante. La dirección de Len Wiseman se inspira en la estética ciberpunk y combina efectos prácticos y digitales con fluidez, especialmente en las secuencias de persecución y combate.
La banda sonora de Harry Gregson-Williams mezcla elementos electrónicos con orquestaciones épicas, reforzando la sensación de un mundo moderno y peligroso. La música acompaña eficazmente las escenas de acción y los momentos de tensión psicológica.
El vengador del futuro (2012) ofrece una versión más seria y estilizada de la historia original, apostando por un espectáculo visual impresionante y un tono más oscuro. Aunque pierde parte del humor y la extravagancia de la versión de 1990, funciona como un thriller de ciencia ficción sólido, repleto de acción y dilemas sobre la identidad y la memoria.