
Dirigida por David S. Goyer, Blade: Trinity es la tercera y última entrega de la trilogía protagonizada por Wesley Snipes. Estrenada en 2004, esta secuela combina acción intensa, humor y nuevos personajes en un intento de expandir el universo de Blade. Aunque recibió críticas mixtas, destaca por sus coreografías, su estética estilizada y la presencia de un nuevo equipo de cazadores que acompañan al protagonista en su lucha final contra los vampiros.
La historia presenta a los vampiros reviviendo a Drácula (Dominic Purcell), también conocido como Drake, el primer y más poderoso de su especie, con el objetivo de acabar definitivamente con Blade. Al mismo tiempo, Blade se ve acorralado por el FBI debido a una conspiración vampírica que lo hace parecer un asesino peligroso. Para enfrentar esta amenaza, Blade se une a un nuevo grupo de cazadores llamado los Nightstalkers, compuesto por Hannibal King y Abigail Whistler, en una batalla épica por el destino de la humanidad.
Wesley Snipes mantiene su presencia imponente como Blade, aunque su papel es más compartido con los nuevos personajes. Ryan Reynolds destaca como Hannibal King, aportando un humor sarcástico que contrasta con el tono serio del protagonista. Jessica Biel interpreta a Abigail Whistler con fuerza y estilo, convirtiéndose en una aliada clave. Dominic Purcell encarna a un Drácula moderno y poderoso, aunque con un desarrollo limitado. También aparecen Parker Posey como villana secundaria y Kris Kristofferson en su rol clásico como Whistler.
David S. Goyer opta por un enfoque más orientado al espectáculo, con secuencias de combate amplias, efectos visuales llamativos y un tono menos sombrío que en las entregas anteriores. Las coreografías de lucha siguen siendo un punto fuerte, especialmente en las escenas que involucran a Blade y Abigail. Sin embargo, la historia apuesta más por el entretenimiento directo que por la profundidad narrativa.
La música combina hip-hop, electrónica y temas orquestales potentes que acompañan las secuencias de acción con ritmo y estilo contemporáneo. La combinación refuerza la estética urbana y moderna que caracteriza a la trilogía, aunque esta entrega tiende más hacia un tono de blockbuster.
Blade: Trinity (2004) ofrece un final lleno de acción para la trilogía, con nuevos personajes, un villano mítico y combates espectaculares. Aunque pierde parte de la oscuridad y la intensidad de Blade 2, mantiene un ritmo ágil y momentos memorables. Es una entrega más ligera y orientada al entretenimiento, que cierra una saga pionera dentro del cine de superhéroes modernos.