
Dirigida por Neill Blomkamp, En la mente del demonio combina terror sobrenatural y ciencia ficción en una historia ambientada en el límite entre la conciencia, la tecnología y lo oculto. La película sigue a una joven que acepta participar en un experimento de realidad simulada para contactar con su madre en coma… sin saber que lo que despertará es mucho más siniestro de lo que esperaba.
La trama se centra en Carly, una joven que lleva años sin ver a su madre, Angela, presa en un coma tras una matanza inexplicable. La empresa que la invita al experimento le propone entrar en la mente de Angela mediante tecnología avanzada para comunicarse. Pero lo que sucede dentro de la simulación empieza a manifestarse en la realidad: demonios, simbolismos sangrientos y una amenaza que trasciende lo psicológico.
Neill Blomkamp aporta su experiencia en mundos futuristas para crear una atmósfera claustrofóbica donde lo digital y lo demoníaco se mezclan peligrosamente. La película utiliza escenarios de simulación, pasillos vacíos y efectos de distorsión para generar un clima de inquietud creciente. Aunque el guion recurre a tropos conocidos del género de posesión, la mezcla con lo virtual le da un enfoque moderno.
Más allá de los sustos, la película plantea preguntas: ¿qué sucede cuando accedemos al subconsciente de otro? ¿Qué consecuencias tiene manipular la mente humana a través de la tecnología? Carly debe enfrentarse no solo a lo que sucede en la simulación, sino a los secretos familiares, la culpa y el legado de violencia que hereda de su madre.
La puesta en escena es ambiciosa: cámaras en movimiento, efectos de distorsión y un diseño de sonido que refuerza la tensión. Sin embargo, la película ha recibido críticas por su desarrollo irregular y por no explotar del todo su premisa prometedora. Aun así, para quienes buscan un terror contemporáneo con elementos de ciencia ficción, ofrece momentos visuales y sonoros que valen la pena.
En la mente del demonio (2021) es una propuesta de terror moderno que mezcla posesión, tecnología y trauma. Aunque no reinventa el género, logra mantener el interés gracias a su atmósfera y a un tema inquietante: lo que habitamos cuando atravesamos los límites de la mente humana. Una experiencia recomendada para quienes desean que el terror también haga pensar.