
Dirigida por Tim Burton, ¡Marcianos al ataque! (Mars Attacks!) es una comedia de ciencia ficción que parodia las películas de invasiones extraterrestres de los años cincuenta. Con un elenco coral encabezado por Jack Nicholson, Glenn Close, Annette Bening, Pierce Brosnan y Danny DeVito, entre muchos otros, la película combina el estilo visual característico de Burton con una sátira mordaz sobre la política, los medios de comunicación y la histeria colectiva.
Cuando una flota de platillos voladores llega a la Tierra, la humanidad responde con curiosidad, diplomacia y, finalmente, pánico. Los marcianos, de aspecto caricaturesco y cerebro expuesto, aseguran venir en son de paz, pero pronto revelan sus verdaderas intenciones al desatar una invasión caótica y grotesca. A partir de ahí, el film se convierte en una sucesión de situaciones disparatadas que mezclan el desastre global con el absurdo más desenfrenado.
La película destaca por su enorme elenco de estrellas, muchas de las cuales se prestan al juego autoparódico que propone Burton. Jack Nicholson brilla en un doble papel —como presidente de los Estados Unidos y como un empresario oportunista—, mientras Glenn Close, Annette Bening y Pierce Brosnan aportan elegancia, ironía y comicidad. Cada personaje representa una caricatura de la sociedad moderna: desde el político que no escucha hasta el científico que subestima lo desconocido.
Con una estética inspirada en los cómics y las películas de serie B, ¡Marcianos al ataque! mezcla animación digital con decorados retro y colores saturados. Los extraterrestres, diseñados con un tono deliberadamente kitsch, se convierten en un homenaje al cine pulp clásico. La fotografía de Peter Suschitzky y la dirección de arte refuerzan el contraste entre el glamour hollywoodense y el caos interplanetario, mientras la música de Danny Elfman aporta energía, ironía y un toque sinfónico propio del estilo de Burton.
Detrás del caos visual y la comedia absurda, la película es una sátira sobre la arrogancia humana y la superficialidad de la cultura mediática. Tim Burton utiliza la invasión alienígena como metáfora del ego, el consumismo y la desconfianza generalizada. Nadie se salva del ridículo: políticos, militares, científicos y celebridades caen por igual en la trampa de su propia vanidad. La violencia caricaturesca y el humor oscuro convierten cada escena en un comentario ácido sobre la sociedad moderna.
Aunque en su estreno ¡Marcianos al ataque! (1996) dividió a la crítica y al público, con el tiempo se ha consolidado como una de las obras más representativas del universo de Tim Burton. Su mezcla de ironía, estética retro y humor subversivo la convirtieron en un referente del cine satírico de los noventa. Una película tan absurda como inteligente, que celebra el caos con una sonrisa verde y un grito: “¡Ack! ¡Ack!”.