
Dirigida por Don Siegel y estrenada con el título original Two Mules for Sister Sara, esta película de 1970 mezcla western, aventura y comedia con un enfoque poco convencional. Protagonizada por Clint Eastwood y Shirley MacLaine, la historia sigue a un solitario pistolero que salva a una mujer vestida de monja en medio del desierto mexicano, sin imaginar que su compañía traerá complicaciones, secretos y conflictos que van más allá de la apariencia religiosa. La cinta combina acción, tensión histórica y humor irónico dentro de un contexto bélico.
Hogan, un mercenario curtido en la vida fronteriza, viaja con el objetivo de apoyar a rebeldes mexicanos contra las fuerzas francesas. En el camino, rescata a una supuesta monja rodeada de peligros y decide acompañarla, aunque con dudas sobre su verdadera historia. Su relación se vuelve un intercambio constante entre desconfianza y colaboración, donde la monja muestra habilidades y actitudes poco propias de alguien consagrado a la fe.
Sara asegura estar huyendo de soldados franceses que buscan capturarla por apoyar a los rebeldes locales. Sin embargo, su comportamiento contradictorio —desde beber licor hasta manejar información confidencial— despierta sospechas en Hogan. La película construye su figura como un personaje astuto y multifacético, cuya verdadera identidad se revela de forma gradual, añadiendo complejidad narrativa y giros humorísticos.
El filme se desarrolla en el marco de conflictos entre fuerzas francesas y grupos revolucionarios, lo que aporta un trasfondo histórico a la relación entre los protagonistas. Hogan se involucra en ataques estratégicos, emboscadas y misiones de sabotaje, usando su experiencia militar y un pragmatismo férreo. Sara, por su parte, aporta información clave y motivación política, aunque sus intereses no siempre coinciden con los de Hogan.
La película equilibra escenas de combate y tiroteos con diálogos ingeniosos y situaciones absurdas donde los protagonistas chocan constantemente. La química entre ambos sostiene gran parte del relato: Hogan representa el cinismo endurecido del oeste, mientras Sara aporta idealismo, misterio y sarcasmo. La narrativa juega con las diferencias entre ambos, generando tensión que evoluciona hacia complicidad inesperada.
Aunque mantiene elementos tradicionales del western —paisajes áridos, caballos, armas y tensión fronteriza— el tono es menos trágico y más aventurero que en otras películas del género protagonizadas por Eastwood. La combinación de música atmosférica, humor ligero y contexto revolucionario crea una identidad particular que se aleja del western sombrío para ofrecer una mezcla más accesible y entretenida.
Dos Mulas para la Hermana Sara es una película que combina humor, guerra, identidad oculta y camaradería en un relato cargado de energía y personalidad. No solo destaca por su acción, sino por la dinámica entre dos personajes opuestos que encuentran equilibrio en medio del caos. Ideal para quienes buscan un western distinto, con toques de comedia, sorpresas argumentales y una dupla protagonista llena de carisma.