
Dirigida por Brian Taylor y estrenada en 2024 con el título original Hellboy: The Crooked Man, esta nueva adaptación del cómic de Mike Mignola apuesta por un tono mucho más oscuro, folclórico y atmosférico que sus versiones anteriores. Ambientada en la década de 1950, la película sigue a Hellboy en una misión que lo lleva a los bosques sombríos de los Apalaches, donde la brujería, los rituales prohibidos y la figura aterradora del “Hombre Retorcido” dan forma a uno de los relatos más inquietantes del personaje.
A diferencia de otras entregas más urbanas y explosivas, esta historia se construye desde la austeridad del campo profundo: aldeas envejecidas, caminos de tierra, casas consumidas por la humedad y la superstición. La atmósfera es opresiva, cargada de símbolos religiosos, mitos locales y temores transmitidos por generaciones. Taylor convierte cada rincón del bosque en una amenaza latente, logrando que incluso el silencio se sienta peligroso.
El protagonista aparece más introspectivo y menos orientado al espectáculo, mostrando un lado vulnerable que rara vez se explora. Su humor sigue ahí, pero está teñido de cansancio y de una sensación de que cada caso lo acerca más a un destino que no quiere asumir. Su vínculo con una joven agente novata aporta humanidad al relato, mostrando que incluso en un mundo consumido por la oscuridad, todavía hay espacio para el compañerismo y la empatía.
La figura del Crooked Man es uno de los elementos más perturbadores del filme. Inspirado en leyendas rurales que mezclan pactos demoníacos, brujería y maldiciones eternas, se presenta como un ser deforme, silencioso y omnipresente. Su influencia corrompe a los habitantes del lugar, transformando sus deseos en condenas y su fe en desesperación. La construcción del villano es escalofriante, más insinuada que explícita, lo que intensifica la sensación de amenaza sobrenatural.
La película adopta elementos del “folk horror”: rituales ocultos, comunidades aisladas, símbolos paganos y una tensión que crece desde lo cotidiano hasta lo infernal. Hellboy debe enfrentarse no solo a criaturas monstruosas, sino a una comunidad atrapada entre la fe y el terror. La historia indaga en la idea del pecado heredado, de cómo el mal puede enraizarse en una tierra y deformar todo lo que toca. Es una visión más contenida, pero también más profunda, del universo de Hellboy.
El desenlace combina acción sobrenatural con un cierre cargado de simbolismo. Hellboy enfrenta al Crooked Man en un clímax donde lo físico y lo espiritual se entrelazan, y donde el precio de romper una maldición es más alto de lo que esperaba. La película termina con un tono melancólico, dejando claro que la oscuridad nunca desaparece por completo… solo cambia de forma. “Hellboy: The Crooked Man” se despide como una de las entregas más maduras, atmosféricas y emocionalmente densas del personaje.