
Dirigida por Warren Beatty y estrenada en 2016 con el título original Rules Don’t Apply, esta película retrata el choque entre la inocencia, el deseo y las estrictas normas impuestas por un sistema que tritura esperanzas tanto como las crea. En Las reglas no aplican (2016), las actuaciones de Alden Ehrenreich, Lily Collins y el propio Warren Beatty tejen un drama romántico impregnado de sátira y nostalgia. La cinta captura la esencia del viejo Hollywood, un mundo donde todo parece posible, pero donde los sueños suelen tener un precio más alto del imaginado. Es una historia luminosa en apariencia, pero profundamente melancólica en su núcleo.
En el corazón del relato está la relación entre un joven chofer idealista, interpretado por Alden Ehrenreich, y una aspirante a actriz dotada de sensibilidad y esperanza, encarnada por Lily Collins. Ambos trabajan para el magnate excéntrico Howard Hughes, interpretado por Warren Beatty, cuyas normas estrictas y caprichos impredecibles ponen en riesgo cualquier vínculo emocional. El amor entre ellos florece en silencio, en miradas contenidas y en pequeños gestos cargados de tensión, desafiando un sistema que castiga la conexión humana en favor del control absoluto.
La interpretación de Warren Beatty como Hughes es tan magnética como inquietante. Su versión del personaje combina genialidad, fragilidad, humor involuntario y un caos emocional que lo vuelve impredecible. Su presencia domina cada escena, influenciando el destino de quienes lo rodean. Hughes personifica el poder sin límites, pero también el aislamiento profundo que conlleva el éxito extremo. Su figura, tan fascinante como destructiva, actúa como catalizador de los conflictos internos de los protagonistas.
La ambientación es uno de los grandes logros de Las reglas no aplican (2016). Los trajes, la iluminación suave, los autos antiguos y los escenarios icónicos crean una atmósfera que transporta al espectador a la época dorada del cine. Todo está cuidado para que el mundo se sienta romántico, glamuroso y lleno de posibilidades, pero debajo de ese brillo se percibe una estructura rígida que asfixia a los soñadores. El contraste visual entre ilusión y realidad refuerza la esencia del relato.
La película explora la tensión entre el deseo de triunfar y el precio emocional que ese deseo exige. Los protagonistas enfrentan dilemas éticos, sacrificios personales y la pérdida gradual de la inocencia que los definía. El filme no juzga a sus personajes: los acompaña en su confusión, en sus errores, en sus pequeños momentos de claridad. Es un recordatorio de que la ambición puede elevar, pero también quebrar aquello que parecía inquebrantable.
El desenlace ofrece una mezcla de ternura, dolor y aceptación. No hay grandes triunfos, pero sí revelaciones emocionales que otorgan profundidad a la travesía de cada personaje. Las reglas no aplican (2016) se despide como una obra que reflexiona sobre el amor y los sueños en un mundo regido por fuerzas que nadie puede controlar del todo. Con sensibilidad y un toque de ironía, la película abraza la imperfección humana y la convierte en su mayor belleza.