
Dirigida por Kyle Newman, Academia de espías (Barely Lethal) es una comedia de acción adolescente sobre Megan Walsh (Hailee Steinfeld), la Agente 83 de un programa secreto que ha pasado su vida entrenándose como operativa de élite. Cansada de las misiones y deseando una adolescencia real, finge su muerte y se inscribe como estudiante de intercambio en un instituto suburbano.
Lejos del cuartel y de su implacable instructor Hardman (Samuel L. Jackson), Megan descubre que sobrevivir al bachillerato puede ser su misión más difícil. Su nueva vida con la familia Larson no es precisamente tranquila: Liz (Dove Cameron) no confía en ella, mientras que en clase se debate entre la amistad sincera de Roger (Thomas Mann) y el magnetismo del popular Cash Fenton (Toby Sebastian). Para colmo, su rival de entrenamiento, la Agente 84 Heather (Sophie Turner), y la peligrosa traficante de armas Victoria Knox (Jessica Alba) complicarán su intento de pasar desapercibida.
Hailee Steinfeld mezcla frescura y carisma como una espía que aprende a ser adolescente; Samuel L. Jackson aporta autoridad sarcástica como su mentor; Jessica Alba encarna una villana glamurosa y letal; y Sophie Turner brilla como rival implacable. El elenco juvenil, con Dove Cameron y Thomas Mann, redondea el tono ligero y divertido.
La película parodia con cariño los clichés del “high school” y del cine de espías: coreografías ágiles, gadgets, identidades falsas y enredos sociales. Aunque su apuesta es modesta, mantiene un ritmo ágil y visual colorido que encaja con el público adolescente.
La banda sonora contemporánea y la partitura de Mateo Messina acompañan las persecuciones, los montajes de entrenamiento y los momentos románticos, reforzando el tono de comedia de acción.
Academia de espías funciona como un híbrido simpático entre la fantasía de espías y el relato de crecimiento personal. Sin reinventar el género, ofrece diversión ligera, un reparto carismático y guiños a la cultura pop que la vuelven una opción entretenida para maratones juveniles.