
Dirigida por Tony Tost y estrenada en 2023 con el título original Americana, la película se sitúa en un paisaje polvoriento del oeste estadounidense para contar una historia donde la ambición, el dinero y la violencia se entrecruzan sin disimulo. Desde su planteamiento inicial, el film deja claro que no se trata de un western clásico, sino de una reinterpretación contemporánea que mezcla crimen, drama y tensiones morales. El relato se construye alrededor de un objeto codiciado que actúa como detonante, revelando hasta dónde pueden llegar las personas cuando la oportunidad de enriquecerse se presenta.
La trama gira en torno a una valiosa reliquia indígena que pasa de mano en mano, desatando una cadena de traiciones y enfrentamientos. Penny Jo ( Sydney Sweeney ), una joven camarera con sueños de escapar de su realidad, ve en ese objeto una salida posible a una vida estancada. A su alrededor orbitan personajes que representan distintas formas de deseo y desesperación, todos convencidos de que merecen quedarse con el botín. La película utiliza este conflicto para mostrar cómo la codicia puede unir y destruir al mismo tiempo.
Entre los involucrados destaca Lefty Ledbetter ( Paul Walter Hauser ), un hombre violento e impredecible cuya presencia impone una amenaza constante, y Mandy Starr ( Halsey ), una mujer con un pasado ligado al mundo del espectáculo que oculta sus propias motivaciones. También aparece Dillon MacIntosh ( Eric Dane ), un veterano endurecido por la experiencia que observa el caos con una mezcla de cansancio y pragmatismo. Cada uno aporta una perspectiva distinta sobre el valor del dinero y el precio de obtenerlo.
En Americana, la violencia no se presenta como espectáculo estilizado, sino como una consecuencia inevitable de las decisiones tomadas. Los enfrentamientos son breves, contundentes y dejan huella, reforzando una atmósfera de peligro constante. Tony Tost apuesta por una puesta en escena sobria, donde los silencios y las miradas cargadas de intención resultan tan inquietantes como los estallidos de agresión. El entorno abierto del desierto, lejos de ofrecer libertad, se convierte en un escenario de caza donde nadie está realmente a salvo.
Más allá de su estructura de thriller, la película plantea preguntas sobre identidad y pertenencia. Penny Jo no solo busca dinero, sino una forma de redefinirse lejos de las expectativas que otros han impuesto sobre ella. Mandy intenta mantener el control en un mundo que siempre la ha utilizado como objeto, mientras que los personajes masculinos reflejan distintas formas de masculinidad erosionada por el fracaso. El film sugiere que el verdadero conflicto no es solo quién se queda con el objeto valioso, sino quién logra conservar algo de sí mismo en el proceso.
El desenlace de Americana mantiene la coherencia con su tono áspero y desencantado. No hay glorificación de la violencia ni recompensas limpias, sino consecuencias que pesan sobre todos los involucrados. La película concluye dejando una sensación de vacío y reflexión, como un recordatorio de que en este tipo de historias nadie sale completamente indemne. Con su mezcla de western moderno y drama criminal, el film se afirma como una obra que observa el mito americano desde una óptica más cruda y despojada de romanticismo.