
Dirigida por Menashe Lustig, Asesino de modelos (Model Killer) es un thriller de crimen y suspenso estrenado en 2019. La película se inspira en casos de asesinos en serie que utilizaron el mundo de la moda como fachada, planteando una historia oscura en torno a la obsesión, el engaño y el peligro oculto detrás del glamour.
La trama sigue a un hombre con apariencia común que lleva una doble vida como depredador. Usando como fachada la fotografía y las promesas de fama, atrae a jóvenes modelos para después convertirlas en víctimas de sus oscuros instintos. Con una narrativa que alterna entre la investigación policial y la mente del asesino, la película muestra cómo la ambición y la vulnerabilidad pueden ser explotadas en un mundo competitivo.
El elenco incluye a Robert Scott Wilson como el antagonista principal, interpretando a un asesino frío y calculador, y a Chrishell Stause en un papel clave dentro de la investigación. Las actuaciones refuerzan el tono sombrío del relato, centrado más en la tensión psicológica que en el impacto visual.
La película utiliza una estética oscura y realista, con escenarios urbanos y ambientes cerrados que transmiten claustrofobia y peligro. El ritmo narrativo mantiene la tensión con giros inesperados y momentos de crudeza que refuerzan la sensación de vulnerabilidad de las víctimas frente a un depredador aparentemente invisible.
La banda sonora apuesta por tonos electrónicos y ambientales que acompañan la atmósfera de suspenso. Más que destacar, funciona como un refuerzo de las escenas de tensión y de los momentos de confrontación entre el asesino y las fuerzas que lo persiguen.
Asesino de modelos es un thriller que, aunque no revoluciona el género, logra generar inquietud al abordar cómo la confianza puede convertirse en el arma de un depredador. Una película recomendada para quienes disfrutan de relatos inspirados en hechos reales, con un enfoque sombrío sobre los peligros ocultos en industrias aparentemente glamorosas.