
Dirigida por Takashi Miike, Audición (título original: Ōdishon) es una de las películas de terror psicológico más influyentes y perturbadoras del cine japonés contemporáneo. Estrenada en 1999, la cinta comienza como un drama romántico pausado y termina convirtiéndose en una pesadilla inquietante que ha impactado profundamente a espectadores y críticos alrededor del mundo. Es considerada una obra clave en la filmografía de Miike y un referente del “J-horror” más transgresor.
La historia sigue a Shigeharu Aoyama (Ryo Ishibashi), un viudo de mediana edad que, animado por su hijo y un amigo, decide rehacer su vida amorosa. Para encontrar pareja, organizan un falso casting para una película, donde Aoyama queda fascinado por Asami Yamazaki (Eihi Shiina), una joven aparentemente dulce y reservada. Sin embargo, a medida que se desarrolla la relación, empiezan a surgir señales inquietantes sobre el pasado y la verdadera naturaleza de Asami.
Ryo Ishibashi ofrece una interpretación contenida y realista, representando a un hombre común atrapado en una situación que se descontrola progresivamente. Eihi Shiina es absolutamente hipnótica como Asami: su transformación de figura delicada a presencia aterradora es uno de los pilares de la película. Su actuación mezcla fragilidad y amenaza con una sutileza inquietante.
Takashi Miike construye la narrativa con paciencia y precisión. La primera mitad de la película funciona como un melodrama romántico, con un ritmo pausado y elegante. Luego, de manera casi imperceptible, el tono se oscurece hasta alcanzar un clímax perturbador que mezcla horror psicológico y físico. La puesta en escena es sobria pero extremadamente efectiva, utilizando encuadres estáticos, silencios prolongados y sugerencias visuales para generar tensión creciente.
La banda sonora es discreta pero calculada, acompañando los cambios de tono sin subrayarlos de manera obvia. Los momentos más tensos utilizan el silencio y efectos de sonido específicos para provocar incomodidad, haciendo que el espectador sienta la amenaza antes de verla.
Audición (1999) es una obra maestra del terror psicológico y una de las películas más comentadas del cine japonés moderno. Su mezcla de elegancia formal, cambio de tono radical y escenas impactantes la convirtieron en un título de culto internacional. No es una experiencia para todos los públicos, pero para los amantes del horror inteligente y transgresor, es una pieza imprescindible.