
Dirigida por Diederik Van Rooijen, Cadáver (The Possession of Hannah Grace) es un thriller de terror sobrenatural ambientado en la fría soledad de una morgue. La historia sigue a Megan Reed (Shay Mitchell), una exoficial de policía que, en busca de rehacer su vida, acepta un trabajo nocturno en el depósito de cadáveres de un hospital.
Todo parece rutinario hasta que llega el cadáver de Hannah Grace, una joven que murió durante un fallido exorcismo. Pronto, Megan comienza a experimentar sucesos extraños: luces que parpadean, ruidos inexplicables y presencias amenazantes que sugieren que el mal aún habita en el cuerpo de la joven.
Shay Mitchell interpreta a Megan con intensidad, mostrando la lucha de una mujer marcada por traumas pasados y adicciones, que debe enfrentarse sola a lo imposible. Su vulnerabilidad refuerza la tensión constante del relato.
La película aprovecha la ambientación sombría de la morgue: pasillos fríos, cámaras de almacenamiento y un silencio inquietante. El diseño visual y los encuadres cerrados potencian la sensación de claustrofobia y aislamiento.
El diseño sonoro utiliza golpes metálicos, crujidos y ecos inquietantes para intensificar el miedo. La música aparece en momentos clave para reforzar los sustos, mientras que los silencios prolongados mantienen al espectador en alerta.
Cadáver combina elementos clásicos de las películas de posesiones con un escenario poco usual: una morgue. Aunque recibió críticas mixtas, ofrece momentos de tensión efectiva y una atmósfera inquietante que la convierten en una propuesta interesante para los amantes del terror sobrenatural.