
Dirigida por Matt Reeves y producida por J.J. Abrams, Cloverfield: Monstruo (Cloverfield) se estrenó en 2008 como una de las películas más innovadoras dentro del género de monstruos. Con un estilo de metraje encontrado (found footage), la cinta sumerge al espectador en una experiencia caótica y visceral que mezcla ciencia ficción, horror y suspenso en pleno corazón de Nueva York.
La historia comienza con una fiesta de despedida para Rob (Michael Stahl-David), quien está a punto de mudarse a Japón. Lo que parecía una velada común se convierte en un infierno cuando una criatura gigantesca ataca la ciudad. A través de la cámara de Hud (T.J. Miller), seguimos a Rob, Beth (Odette Yustman), Lily (Jessica Lucas) y Marlena (Lizzy Caplan) mientras intentan sobrevivir en medio del caos, sin saber qué es la monstruosa amenaza que los acecha.
El reparto está compuesto principalmente por actores jóvenes y poco conocidos en ese momento, lo que aporta realismo al relato. Michael Stahl-David encarna a Rob, un hombre decidido a rescatar a Beth a pesar del peligro. Odette Yustman da vida a Beth, atrapada en medio de la destrucción. Lizzy Caplan destaca como Marlena, aportando uno de los momentos más impactantes de la película. Jessica Lucas y T.J. Miller completan el grupo de protagonistas atrapados en el desastre.
El uso del metraje encontrado le da a la película un aire de autenticidad, con movimientos de cámara inestables y escenas filmadas desde la perspectiva de los sobrevivientes. La atmósfera es claustrofóbica y caótica, transmitiendo al espectador la misma confusión y terror que sienten los personajes. La criatura, apenas mostrada en su totalidad, refuerza la tensión con su misterio y escala descomunal.
A diferencia de otras películas del género, Cloverfield: Monstruo no utiliza una banda sonora convencional, lo que intensifica la sensación de realismo. Sin embargo, los sonidos de la destrucción, las sirenas y los rugidos del monstruo se convierten en protagonistas sonoros, envolviendo al espectador en una experiencia inmersiva. La única pieza musical destacada aparece en los créditos finales, con un tema orquestal que homenajea a los clásicos del cine de monstruos.
Cloverfield: Monstruo (2008) revitalizó el género con su enfoque innovador, logrando un enorme impacto cultural y abriendo la puerta a un universo compartido con secuelas y spin-offs. Con su estilo inmersivo, su atmósfera tensa y su criatura enigmática, se consolidó como un referente del cine de terror y ciencia ficción moderno. Una experiencia que demuestra cómo el horror se vive con más intensidad cuando se observa desde la perspectiva de quienes lo padecen.