
Dirigida por Roel Reiné, Death Race 2: La leyenda de Frankenstein (Death Race 2) es una precuela directa de la exitosa película de 2008. Estrenada en 2010 en formato doméstico, esta entrega revela cómo nació el brutal espectáculo de carreras a muerte y el legendario personaje de “Frankenstein”, al mismo tiempo que amplía el universo de acción distópica de la saga.
La historia se centra en Carl “Luke” Lucas (Luke Goss), un habilidoso conductor y hombre de confianza de un poderoso criminal. Tras un fallido atraco bancario, Luke es arrestado y enviado a Terminal Island, una prisión de máxima seguridad donde se transmiten espectáculos violentos para millones de espectadores. Cuando un nuevo formato televisivo —una carrera mortal entre reclusos— comienza a gestarse, Luke se ve obligado a participar para sobrevivir, mientras los organizadores planean convertirlo en una figura mítica: Frankenstein.
Luke Goss interpreta a Luke con una mezcla de dureza y humanidad, convirtiéndolo en un protagonista creíble dentro del mundo brutal de la prisión. Lauren Cohan encarna a September Jones, una productora televisiva manipuladora y ambiciosa que convierte la violencia en espectáculo. Sean Bean interpreta a Markus Kane, un poderoso mafioso con cuentas pendientes con Luke, mientras que Ving Rhames aparece como el director corporativo que financia el mortal entretenimiento.
La mayor parte de la película se desarrolla en Terminal Island, mostrando cómo la prisión se transforma en un coliseo moderno donde los autos blindados se convierten en las armas principales. Las carreras, aunque más “experimentales” que en la primera película, mantienen un alto nivel de intensidad, con vehículos pesados, choques brutales y explosiones prácticas que le dan autenticidad.
La banda sonora refuerza el tono agresivo de la cinta con guitarras eléctricas, percusiones intensas y música industrial que acompaña cada carrera y enfrentamiento. El montaje ágil mantiene el suspenso y la acción constante, sin dar respiro al espectador.
Death Race 2: La leyenda de Frankenstein (2010) sirve como una sólida precuela que explica el nacimiento del mito y la creación del espectáculo que dominaría el futuro. Con un estilo brutal, personajes intensos y secuencias de acción bien ejecutadas, es una entrega ideal para los fanáticos de la saga que quieren conocer los orígenes del personaje más temido de la pista.