
Dirigida por James Hawes y estrenada en 2025 con el título original The Amateur, El amateur: Operación venganza (2025) es un thriller explosivo que combina espionaje, duelo y obsesión, siguiendo a un hombre común que se ve arrastrado a una espiral de violencia tras perderlo todo. Con la participación del reconocido actor Rami Malek, la película navega entre el drama emocional y la acción de alto riesgo, construyendo una historia donde un ciudadano sin entrenamiento militar desafía a una de las instituciones más poderosas del mundo: la CIA.
En el centro del relato se encuentra la interpretación intensa y contenida de Rami Malek, quien da vida a un criptógrafo de la CIA cuya esposa muere en un atentado terrorista. Incapaz de aceptar la pasividad de la agencia, que considera que no existen pruebas suficientes para actuar, su personaje decide tomar la justicia por su mano. Ese dolor, convertido en motor, empuja una transformación emocional y psicológica que lo lleva de analista silencioso a jugador inesperado dentro del terreno del espionaje internacional.
Lo que comienza como un impulso visceral se convierte muy pronto en una odisea peligrosa, pues el protagonista descubre que la verdad detrás del atentado está enterrada bajo capas de secretos, agendas políticas y traiciones internas. La película destaca el contraste entre su inexperiencia operativa y la brutalidad del mundo al que decide enfrentarse. Cada paso que da se siente temerario, vulnerado, pero también inevitable, reforzando la tensión narrativa que sostiene toda la trama.
La historia se desarrolla a través de varias ciudades europeas, que funcionan como laberintos de espionaje moderno: estaciones, calles laberínticas, túneles y edificios gubernamentales se convierten en escenarios donde la paranoia es constante. Hawes utiliza estas localizaciones para reforzar la idea de que el protagonista está completamente fuera de su elemento, moviéndose dentro de un mundo donde cada sombra podría ocultar a un enemigo. La atmósfera es fría, opresiva, y las secuencias de persecución subrayan esa sensación de vulnerabilidad.
A medida que avanza la investigación clandestina, el protagonista se enfrenta no solo a los responsables del ataque, sino también a la propia CIA, que lo considera una amenaza. Este conflicto interno añade una capa dramática adicional: un hombre persiguiendo justicia es tratado como un fugitivo. Esa dualidad moral impulsa algunas de las escenas más tensas, donde las lealtades tambalean y el costo emocional de la venganza se vuelve cada vez más alto.
El desenlace de El amateur: Operación venganza (2025) cierra el círculo emocional del protagonista con una mezcla de catarsis y desolación. Aunque las revelaciones finales arrojan luz sobre los responsables del crimen, también exponen las consecuencias devastadoras de adentrarse en un mundo que no perdona errores. La película finaliza con un tono melancólico, recordando que la venganza, incluso cuando se obtiene, rara vez deja espacio para la paz. Es un cierre crudo, potente y fiel al espíritu del thriller.