
Dirigida por William A. Graham, El regreso a la laguna azul (título original: Return to the Blue Lagoon) es la secuela de la icónica película de 1980. Estrenada en 1991, retoma la historia en el mismo entorno paradisíaco, con nuevos protagonistas y una estructura similar que explora nuevamente el crecimiento, la inocencia y el amor en aislamiento. Protagonizada por Milla Jovovich y Brian Krause, ofrece una versión romántica y visualmente bella que mantiene el espíritu contemplativo de la original.
La historia comienza cuando una mujer y dos niños sobreviven a un brote en un barco y terminan en la misma isla tropical en la que décadas antes vivieron Emmeline y Richard. Con el tiempo, la mujer muere, dejando solos a Lilli (Milla Jovovich) y Richard (Brian Krause). Los jóvenes crecen juntos en armonía con la naturaleza, alejados de la civilización. A medida que alcanzan la adolescencia, enfrentan el despertar de sentimientos amorosos y sexuales, al mismo tiempo que deben proteger su hogar de visitantes externos que amenazan con alterar su mundo.
Milla Jovovich, en uno de sus primeros papeles destacados, brilla con naturalidad y carisma, aportando una presencia serena y magnética como Lilli. Brian Krause interpreta a Richard con frescura y energía juvenil. La química entre ambos es central para el desarrollo de la historia, evocando la dinámica romántica y de crecimiento personal de la primera película.
William A. Graham mantiene el enfoque visual que caracterizó a la cinta original. La fotografía captura nuevamente la belleza impresionante de los paisajes naturales, playas vírgenes y aguas cristalinas, creando una atmósfera idílica. La narrativa es pausada, centrada en la evolución emocional de los personajes más que en grandes conflictos externos, aunque la llegada de intrusos introduce elementos dramáticos en el tercer acto.
La música orquestal acompaña con suavidad la historia, reforzando el tono romántico y contemplativo. Los temas melódicos subrayan la inocencia y la conexión entre los protagonistas, manteniendo la esencia nostálgica que caracterizó a la primera entrega.
El regreso a la laguna azul (1991) no alcanza el impacto cultural de la original, pero ofrece una historia romántica sencilla y visualmente encantadora. Con actuaciones juveniles destacadas y paisajes paradisíacos, funciona como un eco nostálgico de la primera película, manteniendo su mezcla de inocencia, despertar y contemplación en un entorno aislado. Es una secuela ideal para quienes disfrutaron de la propuesta romántica y visual de la original.