
Dirigida por Stanley Kubrick, El resplandor (título original: The Shining) es una de las obras maestras del cine de terror psicológico y uno de los títulos más influyentes de la historia del género. Estrenada en 1980 y basada en la novela homónima de Stephen King, la película combina una dirección milimétrica, atmósfera opresiva y actuaciones intensas para crear una experiencia cinematográfica única que sigue perturbando al público décadas después.
La historia sigue a Jack Torrance (Jack Nicholson), un aspirante a escritor que acepta un trabajo como cuidador invernal del Hotel Overlook, un enorme y solitario complejo en las montañas de Colorado. Se muda allí junto a su esposa Wendy (Shelley Duvall) y su hijo Danny (Danny Lloyd), quien posee habilidades psíquicas conocidas como “el resplandor”. A medida que la nieve los aísla del mundo exterior, fuerzas sobrenaturales comienzan a influir en Jack, llevándolo progresivamente hacia la locura y la violencia.
Jack Nicholson entrega una interpretación legendaria, oscilando entre la contención inicial y el descontrol absoluto. Su transformación en un hombre dominado por la locura es uno de los pilares de la película. Shelley Duvall transmite terror genuino y vulnerabilidad, mientras que Danny Lloyd, a pesar de su corta edad, ofrece una actuación sorprendentemente madura. El trío central crea una tensión emocional constante que potencia el horror psicológico.
Stanley Kubrick aplica su estilo obsesivo y detallista en cada plano. El uso de la cámara Steadicam, innovador para la época, permite movimientos fluidos que generan una sensación inquietante de vigilancia. La simetría visual, los encuadres precisos y el ritmo pausado crean un ambiente hipnótico. La mezcla entre terror sobrenatural y psicológico se maneja con sutileza, dejando espacio a múltiples interpretaciones.
La banda sonora, compuesta por Wendy Carlos y Rachel Elkind, utiliza sonidos disonantes, cuerdas tensas y efectos corales que generan incomodidad constante. El diseño sonoro —desde el triciclo de Danny recorriendo los pasillos hasta los ecos en las habitaciones vacías— contribuye decisivamente a la atmósfera perturbadora.
El resplandor (1980) es mucho más que una película de miedo: es una obra maestra cinematográfica que combina dirección impecable, simbolismo inquietante y actuaciones memorables. Su legado es inmenso, influyendo en generaciones de cineastas y dando lugar a incontables teorías e interpretaciones. Es una experiencia visual y psicológica que sigue fascinando y aterrando como el primer día.