
Dirigida por Ry Russo-Young y basada en la novela de Nicola Yoon, El sol también es una estrella narra una historia de amor que se desarrolla en el transcurso de un solo día en la ciudad de Nueva York. Natasha Kingsley (Yara Shahidi), una joven científica y pragmática, lucha contra la inminente deportación de su familia a Jamaica, mientras Daniel Bae (Charles Melton), un joven poeta e hijo de inmigrantes coreanos, cree en el poder del destino y en que todo pasa por una razón.
El destino cruza sus caminos una mañana, y lo que comienza como una conversación casual se convierte en un intenso recorrido por la ciudad. Entre charlas profundas, confesiones y momentos espontáneos, Natasha y Daniel exploran la posibilidad de enamorarse en tan solo un día, enfrentando a la vez sus propias inseguridades y las duras realidades que los separan.
Yara Shahidi interpreta a Natasha con una mezcla de fortaleza y vulnerabilidad, mientras que Charles Melton aporta calidez y romanticismo como Daniel. La química entre ambos es el corazón de la película, y las interacciones con los personajes secundarios añaden matices que enriquecen la trama.
La fotografía captura la ciudad con una mezcla de realismo y poesía visual: desde las concurridas calles y cafeterías llenas de vida, hasta rincones tranquilos donde el tiempo parece detenerse. La ambientación urbana se convierte en un personaje más que acompaña la historia.
Con una mezcla de temas pop, R&B y melodías suaves, la música refuerza las emociones de cada escena y refleja la diversidad cultural de la ciudad. Cada canción está cuidadosamente elegida para transmitir la intensidad de ese día único.
El sol también es una estrella (2019) es un relato sobre el poder de las conexiones humanas, la lucha por los sueños y la esperanza que surge incluso en circunstancias imposibles. Un recordatorio de que, a veces, un solo día puede cambiarlo todo.