
Dirigida por Tim Story y estrenada en 2025 con el título original The Pickup, El último encargo (2025) arranca como una misión aparentemente rutinaria dentro del mundo del transporte de valores, pero pronto deja claro que nada será tan simple como parece. Un encargo más en la agenda se transforma en el detonante de una cadena de acontecimientos imprevisibles, donde la calma inicial se rompe en cuestión de minutos. La película establece desde el comienzo un ritmo ágil, mostrando cómo una jornada laboral común puede escalar rápidamente hacia el caos cuando intereses criminales entran en juego.
El núcleo del relato se sostiene sobre la relación entre los dos protagonistas, interpretados por Eddie Murphy y Pete Davidson, cuyas personalidades no podrían ser más distintas. Uno es experimentado, metódico y cansado de las sorpresas, mientras el otro es impulsivo, hablador y poco dado a respetar protocolos. Esta oposición genera una dinámica constante de choques, discusiones y decisiones improvisadas que aportan tanto tensión como comedia. La película aprovecha este contraste para construir una relación que evoluciona bajo presión extrema.
A medida que avanza la trama, el encargo revela su verdadera naturaleza y expone a los protagonistas a un entramado criminal mucho más grande de lo que imaginaron. Amenazas, persecuciones y traiciones se suceden sin pausa, obligándolos a reaccionar antes de entender completamente la situación. El último encargo (2025) utiliza el crimen como fuerza narrativa constante, donde cada movimiento equivocado puede desencadenar consecuencias inmediatas. La sensación de peligro se mantiene viva gracias a la incertidumbre y a la presión del tiempo.
El humor es una pieza clave del filme y surge principalmente de la tensión acumulada y de las reacciones exageradas ante lo inesperado. Eddie Murphy aporta su carisma clásico y su timing cómico, mientras Pete Davidson introduce un estilo más caótico y deslenguado. Esta combinación permite que la película se ría del desastre sin quitarle gravedad a la amenaza. La comedia funciona como un respiro necesario dentro de una historia que avanza a gran velocidad.
La dirección de Tim Story apuesta por mantener la energía constante, evitando largos momentos de pausa y priorizando la sensación de urgencia. Las escenas de acción son claras, físicas y directas, sin excesos innecesarios, lo que refuerza la idea de que el peligro está siempre a un paso. El trayecto se convierte en una carrera continua contra fuerzas que superan a los protagonistas, manteniendo al espectador involucrado en cada giro.
El desenlace de El último encargo (2025) combina acción, humor y consecuencias reales para cerrar la historia de forma coherente. Lo que comenzó como un simple trabajo termina siendo una experiencia que pone a prueba los límites personales y profesionales de sus protagonistas. El cierre no busca grandes moralejas, pero sí deja claro que algunas misiones cambian para siempre a quienes las enfrentan. Es un final efectivo que confirma a la película como una comedia de acción dinámica, sostenida por el carisma de sus actores y un ritmo que no afloja.