
Evitando el amor (Stuck in Love) es una comedia dramática independiente que explora el amor desde distintas generaciones de una misma familia. William Borgens (Greg Kinnear) es un novelista exitoso que no logra superar la partida de su exesposa (Jennifer Connelly), mientras intenta criar a sus dos hijos adolescentes: Samantha (Lily Collins), una escritora joven que ha renunciado al amor, y Rusty (Nat Wolff), un tímido lector que está por vivir su primera gran historia romántica.
Ambientada en un otoño perpetuo junto al mar, la película tiene una atmósfera íntima y literaria. Cada personaje se enfrenta a sus propios miedos, errores y deseos. La narrativa se mueve entre manuscritos, cenas familiares silenciosas, recuerdos que pesan y páginas que sanan. Es una historia de amor, pero no solo de pareja: también de familia, de vocación y de redención.
Greg Kinnear aporta calidez y fragilidad al padre que todavía deja un plato vacío en la mesa. Lily Collins brilla como Samantha, la hija mayor que usa el sarcasmo como escudo, y Logan Lerman (Lou) es el contrapunto perfecto: dulce, paciente, decidido a romper esa coraza. La conexión entre ellos es uno de los puntos más genuinos de la historia. Jennifer Connelly, aunque con menor tiempo en pantalla, aporta la fuerza emocional que cierra el círculo.
La banda sonora está repleta de temas suaves y melancólicos, con artistas como Bright Eyes, Elliott Smith y Snow Patrol. Las canciones no solo acompañan: conectan emocionalmente con lo que no se dice en voz alta. Es una playlist ideal para tardes frías, cafés lentos y reflexiones a media luz.
Evitando el amor no idealiza las relaciones. Habla del amor cuando duele, cuando confunde, cuando no se dice. Sus personajes fallan, se alejan, se contradicen. Pero también aprenden que evitar el amor no significa estar a salvo… solo estar más solos. Es una mirada honesta sobre lo difícil —y necesario— que es abrir el corazón.
Esta película es perfecta para quienes disfrutan de historias pequeñas con emociones grandes, donde los silencios dicen tanto como los diálogos. Si alguna vez subrayaste una frase en un libro porque te dolía de lo cierta que era… esta película es para ti. Porque el amor, al igual que la escritura, no siempre se entiende, pero siempre se siente.