
Dirigida por Mark Neveldine y Brian Taylor, Ghost Rider: Espíritu de venganza (título original Ghost Rider: Spirit of Vengeance) es la secuela directa de la película de 2007, con Nicolas Cage retomando su papel como el atormentado Johnny Blaze. Completan el elenco Ciarán Hinds, Violante Placido, Johnny Whitworth e Idris Elba. Esta entrega adopta un tono más oscuro, caótico y visualmente extremo, muy acorde al estilo de sus directores.
Johnny Blaze vive escondido en Europa del Este, intentando controlar la maldición que lo convierte en el Ghost Rider. Sin embargo, es reclutado por un monje guerrero (Elba) para proteger a un niño con un destino profético: el demonio Roarke (Hinds) planea usarlo para encarnar en la Tierra con todo su poder. Blaze deberá decidir si acepta su naturaleza infernal para evitar que el mal se desate completamente.
Nicolas Cage lleva su interpretación de Johnny Blaze a niveles aún más excéntricos, abrazando el caos del personaje y de la historia. Idris Elba aporta carisma como el monje guerrero Moreau, mientras que Ciarán Hinds interpreta a un Roarke inquietante y calculador. Johnny Whitworth asume el papel del antagonista humano que sirve al demonio, aportando energía a las secuencias de acción.
Bajo la dirección de Neveldine y Taylor (Crank), la película adopta un enfoque estilístico muy diferente a la primera entrega: cámara en mano, ángulos frenéticos, efectos visuales intensos y un tono más violento y oscuro. Las escenas del Ghost Rider son más agresivas, con transformaciones espectaculares y combates llenos de energía infernal.
La música combina elementos industriales, rock y sonidos oscuros para reforzar la estética intensa y sobrenatural. El resultado es una experiencia audiovisual más salvaje y cruda que en la primera película.
Ghost Rider: Espíritu de venganza (2011) apuesta por un estilo más experimental y violento, alejándose del tono de cómic más tradicional de la primera parte. Aunque dividió a la crítica y al público, ofrece secuencias visuales espectaculares y una interpretación inolvidablemente desbordada de Nicolas Cage, convirtiéndose en una experiencia única dentro del cine de superhéroes.