
Dirigida por Wilson Yip y protagonizada una vez más por el legendario Donnie Yen, Ip Man 4: The Finale marca el cierre de una de las sagas más admiradas del cine de artes marciales moderno. Esta entrega final nos muestra a un Ip Man envejecido, enfrentando no solo nuevos desafíos físicos, sino también su propia mortalidad. Con una narrativa cargada de emoción, la película combina espectaculares escenas de combate con una reflexión profunda sobre el legado, el respeto y la enseñanza.
Tras la muerte de su esposa, Ip Man viaja a San Francisco en busca de un futuro mejor para su hijo y con la esperanza de abrir una escuela de Wing Chun en el extranjero. Sin embargo, pronto se encuentra con un ambiente hostil, marcado por el racismo y el conflicto cultural. Allí conoce a Bruce Lee (Danny Chan), su famoso discípulo, quien lucha por difundir las artes marciales chinas en un mundo que las rechaza. Entre ambos se establece una relación de respeto mutuo y comprensión, mientras Ip Man aprende que el verdadero maestro enseña más con el ejemplo que con las palabras.
En esta entrega, el enfrentamiento ya no es solo físico, sino también ideológico. Ip Man se ve envuelto en una disputa con militares estadounidenses y maestros locales que desprecian las tradiciones orientales. El personaje del sargento Barton Geddes (Scott Adkins) representa la arrogancia y la intolerancia, dando pie a una de las peleas más impactantes de toda la saga. La coreografía, como siempre, es impecable: rápida, precisa y llena de significado. Cada golpe refleja la defensa no solo del cuerpo, sino también del honor y la identidad cultural.
Donnie Yen ofrece una interpretación profundamente humana, mostrando a un Ip Man cansado, pero aún invencible en espíritu. Su serenidad, su mirada y sus movimientos transmiten sabiduría y compasión. Las escenas con su hijo, cargadas de tensión emocional, revelan a un hombre que comprende que su mayor legado no está en el combate, sino en los valores que deja atrás. Es una actuación contenida, madura y digna de cierre.
Wilson Yip logra despedir a su protagonista con una puesta en escena impecable. La fotografía combina luces frías y cálidas para reflejar el choque entre dos mundos, mientras la música de Kenji Kawai eleva cada momento con un tono de melancolía y respeto. Las secuencias de lucha, especialmente el duelo final entre Ip Man y Geddes, son tan intensas como poéticas. Cada movimiento se siente como una despedida, una última danza marcial que cierra un ciclo.
Ip Man 4 (2019) es un cierre poderoso, emocional y digno para la saga. Combina acción de altísimo nivel con una historia sobre el respeto, la enseñanza y el legado de un verdadero maestro. Donnie Yen se despide del personaje con una elegancia admirable, dejando claro por qué Ip Man se convirtió en un símbolo de integridad y sabiduría. Un final que honra la filosofía del Wing Chun y que emociona hasta el último golpe.