
Dave Lizewski es un estudiante común: flaco, invisible y adicto a los cómics. Un día se pregunta por qué nadie ha intentado ser superhéroe en la vida real… y decide hacerlo él mismo. Sin entrenamiento, sin poderes, solo con un traje comprado por internet, Dave se convierte en Kick-Ass. Lo que comienza como una torpe aventura pronto lo mete en el mundo oscuro del crimen real… y no hay vuelta atrás.
En su cruzada callejera, Dave cruza caminos con Hit-Girl y Big Daddy, una dupla brutal que lleva la lucha contra el crimen a otro nivel. Hit-Girl, con apenas 11 años, es letal, sarcástica y tan despiadada como precisa. Juntos enfrentan a Frank D’Amico, un mafioso despiadado que no tarda en querer aplastarlos a todos. El humor ácido se mezcla con sangre, cómics, y una crítica feroz al culto del superhéroe.
Dirigida por Matthew Vaughn y basada en el cómic de Mark Millar y John Romita Jr., Kick-Ass es una película que rompe moldes: no es una parodia ni una celebración del género, es un puñetazo directo a sus contradicciones. Con un tono provocador, diálogos brillantes y escenas de acción coreografiadas con estilo, se ganó un lugar como película de culto entre los fans del cine de superhéroes… y los que se burlan de él.
Aquí, el poder es solo ilusión, y la valentía viene con fracturas. Dave no salva el mundo, pero intenta hacer lo correcto en un mundo que se burla de eso. La película no romantiza: muestra el precio de jugar al héroe, pero también la belleza de intentar marcar la diferencia, aunque sea sangrando.
Kick-Ass es una historia sobre identidad, desobediencia y encontrar valor en lo absurdo. Ideal para quienes quieren ver algo distinto dentro del género, con humor negro, adrenalina y personajes que no olvidás fácilmente. No tiene poderes, pero definitivamente… tiene actitud.