
Dirigida por Scott Beck y Bryan Woods, La casa del terror (Haunt) es una película de terror independiente que mezcla el slasher clásico con la ambientación de una atracción de Halloween. La historia sigue a un grupo de amigos que, en plena noche de brujas, decide entrar en una casa embrujada “extrema” en busca de diversión. Lo que parecía un simple juego pronto se convierte en una pesadilla sangrienta.
Dentro del laberinto, los jóvenes descubren que los actores disfrazados no son simples animadores, sino asesinos reales que utilizan las trampas de la atracción para torturar y eliminar a sus víctimas. Entre pasillos oscuros, máscaras perturbadoras y trampas mortales, la lucha por sobrevivir se convierte en la única salida.
El elenco juvenil, encabezado por Katie Stevens, transmite credibilidad en su vulnerabilidad y desesperación, mientras que los enmascarados antagonistas se convierten en figuras inquietantes que logran mantener el suspenso en cada aparición.
La película combina escenarios de feria con una atmósfera oscura y opresiva, aprovechando la estética de Halloween para crear un espacio donde lo lúdico se convierte en mortal. El nivel de violencia gráfica es alto, con muertes explícitas que apelan directamente a los amantes del género slasher.
El diseño sonoro utiliza gritos, ruidos metálicos y silencios estratégicos para intensificar cada secuencia. La música acompaña con tensión y refuerza la sensación de encierro e inevitabilidad.
La casa del terror destaca como una propuesta fresca dentro del terror independiente, recuperando la esencia del slasher y mezclándola con la moda de las casas embrujadas extremas. Sangrienta, inquietante y llena de suspenso, es una opción ideal para los fanáticos del horror que buscan una experiencia intensa.