
Dirigida por Zach Cregger y estrenada en 2025 con el título original Weapons, La hora de la desaparición (2025) comienza con un suceso tan inquietante como inexplicable: diecisiete niños de la misma clase abandonan sus hogares simultáneamente a las 2:17 de la madrugada en Maybrook, Pensilvania, y desaparecen sin dejar rastro. Horas después, la profesora Justine Gandy, interpretada por Julia Garner, llega a su aula y encuentra a un único alumno presente, Alex Lilly, un niño silencioso y perturbador que afirma no saber qué ocurrió.
La investigación policial no logra avances y la comunidad comienza a buscar culpables. Justine es señalada, marginada y finalmente apartada de la escuela por el director Andrew Marcus (Benedict Wong). Sumida en la depresión, cae en el alcohol y retoma una relación con su exnovio, el policía Paul Morgan (Alden Ehrenreich). Mientras tanto, Justine es atormentada por pesadillas recurrentes y la visión de una mujer extraña, presintiendo que algo sobrenatural está vinculado a la desaparición de los niños.
Justine intenta acercarse a Alex, pero le es prohibido. Al visitar su casa, descubre un ambiente perturbador: ventanas cubiertas con periódicos y los padres del niño inmóviles, como en trance. Tras una inquietante vigilancia nocturna, en la que una mujer entra a su coche y corta un mechón de su cabello, Justine exige un control de bienestar. Paralelamente, Archer Graff (Josh Brolin), padre de uno de los niños desaparecidos, comienza su propia investigación y traza un mapa que apunta directamente a la casa de Alex.
La verdad emerge con la figura de Gladys, la tía de Alex, interpretada por Amy Madigan. Mediante rituales realizados con agua, sangre y cabello, Gladys posee a los adultos y controla a los niños. Se revela que Alex fue obligado a guardar silencio bajo amenaza de ver a sus padres autodestruirse. Gladys utiliza objetos personales de los compañeros de clase para ejecutar el ritual que provoca la desaparición masiva. El horror escala cuando Gladys posee a Marcus y lo obliga a asesinar a su pareja antes de morir en un accidente.
Flashbacks muestran cómo Alex fue testigo del verdadero origen del mal en su hogar. Gladys exigía que alimentara a sus padres y compañeros, manteniéndolos bajo control. Cuando su poder comienza a debilitarse, Alex utiliza su propio conocimiento de los rituales para revertir la situación. Con cabello natural de la peluca de Gladys, ramas del árbol ritual y su sangre, convierte a los niños en un arma viviente contra ella.
En el clímax, los niños persiguen a Gladys por el vecindario y la despedazan, rompiendo su hechizo. Archer encuentra a su hijo con vida, pero el epílogo es profundamente inquietante: los padres de Alex nunca se recuperan, y aunque los niños regresan a sus familias, muchos permanecen en estado catatónico, apenas recuperando el habla con el tiempo. La hora de la desaparición (2025) cierra como una pesadilla sin consuelo, donde el mal ha sido detenido, pero sus cicatrices persisten.