
Dirigida por Cho Young-Myoung y estrenada en 2024 con el título original Geu sijeol, uriga johahaetdeon sonyeo, La niña de mis ojos (2024) sigue la historia de Jin-woo, un estudiante impulsivo y desordenado que, en medio del caos de la adolescencia, queda profundamente marcado por la presencia de Seon-ah, una joven modelo de estudiante interpretada con delicadeza por Da-hyun. Lo que comienza como una fascinación ingenua evoluciona hacia un vínculo íntimo lleno de descubrimientos, pequeñas torpezas y gestos silenciosos que cambian el rumbo de ambos personajes.
El primer acercamiento entre Jin-woo y Seon-ah surge a partir de un castigo escolar que los obliga a compartir espacio. Lo que podría haber sido una situación incómoda se transforma en la chispa de su conexión, especialmente cuando Jin-woo, en un impulso inesperado de generosidad, decide protegerla y asumir su sanción. Este pequeño acto abre una puerta para que Seon-ah vea en él algo más que un chico problemático, descubriendo en sus dibujos y notas un joven sin sueños, pero con una sensibilidad oculta.
A partir de ese momento, Seon-ah se propone ayudar a Jin-woo a mejorar en los estudios. Lo que empieza como un intento académico se convierte en una serie de momentos íntimos donde ambos descubren sus fragilidades y ambiciones. La apuesta que hacen antes de los exámenes —él deberá raparse si pierde, y ella soltar su cabello si gana— añade un matiz juvenil y encantador, mostrando cómo incluso los gestos más simples pueden convertirse en recuerdos imborrables. La sorpresa de Jin-woo al ver a Seon-ah con el cabello suelto al día siguiente encapsula la dulzura y emoción de su creciente vínculo.
Con el final de la secundaria acercándose, Jin-woo siente que su vida por fin tiene una dirección: seguir a Seon-ah a la universidad en Seúl. Se esfuerza más que nunca, motivado por su deseo de no separarse de ella. Sus logros académicos parecen abrir la posibilidad de un futuro compartido, un horizonte donde ambos puedan seguir creciendo uno al lado del otro. Pero la vida, impredecible y a veces cruel, les tiene reservado un giro que pondrá a prueba todo lo que han construido.
Cuando Seon-ah falla en el examen de ingreso por un error devastador, sus sueños se desmoronan y el mundo que planeaban comienza a fracturarse. Ella queda atrapada entre la frustración, la culpa y el peso de las expectativas, mientras Jin-woo intenta consolarla desde la sorpresa y el desconcierto. La distancia geográfica que se impone entre ellos al ingresar a universidades distintas profundiza también una distancia emocional, alimentada por silencios, malentendidos y sentimientos no expresados a tiempo.
La niña de mis ojos (2024) culmina con una reflexión dolorosa y hermosa a la vez: algunos amores nacen para enseñarnos, no para acompañarnos. Jin-woo y Seon-ah descubren que, aunque sus sentimientos fueron verdaderos, la transición a la adultez trae consigo decisiones difíciles y realidades que no siempre pueden enfrentarse juntos. La película cierra con la sensación melancólica de un recuerdo que, aunque lejano, sigue iluminando sus vidas como una breve pero poderosa primera luz.