
Dirigida por Chris Gorak, La última noche de la humanidad (The Darkest Hour) es una película de ciencia ficción y acción estrenada en 2011. Ambientada en Moscú, la cinta mezcla invasiones extraterrestres con supervivencia urbana, ofreciendo una propuesta distinta dentro del género de desastres y extraterrestres.
La historia sigue a Sean (Emile Hirsch) y Ben (Max Minghella), dos amigos que viajan a Rusia por negocios. Allí conocen a Natalie (Olivia Thirlby) y Anne (Rachael Taylor). Mientras disfrutan de la vida nocturna, una invasión alienígena arrasa la ciudad: seres invisibles que se manifiestan como destellos de energía capaces de desintegrar todo a su paso. Los jóvenes, junto con otros sobrevivientes, deben encontrar la manera de resistir y buscar un escape en medio de un Moscú devastado.
Emile Hirsch lidera el reparto con intensidad, interpretando a Sean como un joven decidido a sobrevivir pese a las circunstancias. Max Minghella y Olivia Thirlby aportan química y humanidad al grupo, mientras que Rachael Taylor refuerza el espíritu de resistencia. El elenco secundario incluye a Joel Kinnaman, en un papel de traidor oportunista que añade tensión al relato.
La película apuesta por un estilo visual cargado de efectos especiales que representan a los alienígenas como descargas eléctricas invisibles hasta que atacan. Moscú, con sus calles vacías y edificios en ruinas, se convierte en un escenario poco habitual para este tipo de películas, lo que le da un aire fresco y exótico. La atmósfera oscila entre el suspenso y la acción, con momentos de auténtico terror frente a lo desconocido.
La banda sonora combina sonidos electrónicos y tensos que refuerzan la sensación de paranoia y peligro constante. El tono general es de supervivencia, con un ritmo que mezcla escenas de acción explosivas con pausas dramáticas para reflejar el miedo y la incertidumbre de los protagonistas.
La última noche de la humanidad (2011) no alcanzó un gran éxito en crítica ni taquilla, pero ofrece una experiencia de ciencia ficción entretenida y con un enfoque visual curioso al situar la acción en Moscú. Aunque su guion es sencillo y predecible, cumple como una propuesta ligera para los amantes de las invasiones extraterrestres y las historias de supervivencia.