
Cuando los hermanos Violet, Klaus y Sunny Baudelaire pierden a sus padres en un incendio misterioso, son enviados a vivir con su pariente más excéntrico y siniestro: el conde Olaf. Él no está interesado en cuidarlos, sino en apoderarse de su herencia… a cualquier precio. Así comienza una cadena de desgracias tan absurda como ingeniosa.
Los Baudelaire no tienen superpoderes, pero sí ingenio, amor entre hermanos y una valentía silenciosa. Con cada nuevo tutor —más extraño que el anterior—, deben sobrevivir usando lo que tienen a mano: inventos, libros, dientes afilados y mucha paciencia. Mientras tanto, Olaf aparece una y otra vez, disfrazado y decidido.
Dirigida por Brad Silberling y con un diseño de producción impresionante, esta película crea un universo visual que recuerda a Tim Burton, con mansiones torcidas, bibliotecas oscuras y cielos eternamente nublados. Es una aventura lúgubre con estética deslumbrante.
En uno de sus papeles más camaleónicos, Jim Carrey se transforma —literalmente— para dar vida a un villano teatral, impredecible y muy difícil de olvidar. Su actuación es tan ridícula como aterradora, y da el tono exacto a esta historia de humor negro.
Lemony Snicket es una historia sobre resiliencia infantil, absurdos burocráticos y la oscuridad del mundo adulto. No es una historia alegre, pero sí es fascinante, original y con una estética única. Ideal para espectadores que aman los cuentos con sombras, los héroes discretos… y los villanos que cambian de cara.