
Dirigida por Dean Fleischer Camp y estrenada en 2025 con el título original Lilo & Stitch, Lilo y Stitch (2025) reinventa la historia clásica con un enfoque emocional que combina ciencia ficción, comedia y un profundo sentido de familia. La película inicia en el planeta Turo, donde el Dr. Jumba Jookiba es juzgado por la creación del Experimento 626, una criatura indestructible y altamente peligrosa que escapa a la Tierra y se estrella en la isla de Kauai. Desde ese momento, el destino del experimento —rebautizado como Stitch— se entrelaza con el de una niña hawaiana llamada Lilo, cuya vida está marcada por la pérdida y la fragilidad de su núcleo familiar.
Lilo es presentada como una niña sensible, apasionada y profundamente afectada por la ausencia de su hermana Nani, quien lucha por mantener la estabilidad del hogar tras la muerte de sus padres. Su dificultad para encajar con otros niños, sumada al bullying que sufre, la empuja a desear desesperadamente un amigo que no la abandone. Cuando encuentra a Stitch en un refugio de animales, cree haber hallado ese compañero perfecto sin saber que tras su mirada adorable se esconde una fuerza destructiva que pone a prueba todo lo que ama.
Stitch, inicialmente una máquina de destrucción creada por Jumba, llega a Hawai con el único plan de sobrevivir mientras es perseguido por agentes galácticos. Su adopción por Lilo lo obliga a convivir con una familia humana que no entiende y que él mismo pone en peligro. Sin embargo, la convivencia revela grietas emocionales en su programación: Stitch empieza a comprender el significado de hogar, cariño y sacrificio. Su evolución desde criatura agresiva hasta miembro de la familia es uno de los ejes más conmovedores del relato.
Nani, abrumada por la responsabilidad de criar a Lilo, enfrenta la presión constante de trabajadores sociales como la Sra. Kekoa y la presencia inquietante de Cobra Bubbles, un agente con un pasado en la CIA. El caos provocado por Stitch pone en riesgo la custodia de Lilo, generando escenas tensas y profundamente humanas donde la hermana mayor intenta demostrar que, pese a sus dificultades, su amor es suficiente. La película destaca con fuerza la idea de que las familias no tienen que ser perfectas para ser reales.
La llegada de Jumba y Pleakley a la Tierra desencadena una serie de persecuciones llenas de humor y desastres. Entre surf, incendios accidentales y misiones fallidas, la historia avanza hacia un enfrentamiento decisivo donde Stitch debe elegir entre volver a ser una herramienta destructiva o proteger a quienes le dieron un sentido de pertenencia. Su sacrificio bajo el agua y la angustia de Lilo y Nani crean uno de los momentos más emotivos de la película, resaltando el valor de la empatía como fuerza transformadora.
En su desenlace, Lilo y Stitch (2025) abraza por completo el espíritu de la historia original: “ohana significa familia, y familia significa que nadie se queda atrás”. La decisión de la Gran Consejera de permitir que Stitch permanezca en la Tierra, la reconciliación de Nani con su rol como tutora y la reparación del hogar Pelekai cierran la película con un mensaje luminoso sobre aceptación y segundas oportunidades. Es una celebración de los lazos que elegimos, de las personas que se quedan incluso en el caos y de la belleza de construir un hogar con quienes nos aman tal como somos.