
Dirigida por Han Ji-won y estrenada en 2025 con el título original I Byeol-e Pil-yohan, Lo que le falta a esta estrella (2025) se presenta como un drama romántico cargado de sensibilidad, donde dos personas marcadas por el vacío emocional encuentran en el otro una luz que no sabían que necesitaban. La película despliega una narrativa introspectiva y emocionalmente delicada, explorando el peso de las expectativas, la soledad en medio del bullicio y la forma en que un simple encuentro puede transformar por completo la ruta de un corazón.
La historia parte de la premisa de dos protagonistas que transitan mundos radicalmente distintos, pero cuyos anhelos se asemejan más de lo que creen. Ambos arrastran heridas, decisiones no enfrentadas y sueños postergados que los alejan de quienes alguna vez quisieron ser. Sus encuentros, marcados por silencios incómodos y conversaciones profundas, revelan la fuerza de conectar con alguien que no exige explicaciones, sino que simplemente escucha. La película permite que el vínculo crezca con naturalidad, como si el universo los hubiese empujado a encontrarse justo cuando más lo necesitaban.
Uno de los temas centrales es la soledad contemporánea, un sentimiento que la película retrata con honestidad y sutileza. A pesar de estar rodeados de gente, los personajes se sienten aislados, incomprendidos y atrapados en rutinas que los sofocan. La llegada del otro rompe ese patrón, ofreciendo la oportunidad de mirarse nuevamente y recordar que la vulnerabilidad no es una debilidad, sino un camino hacia la verdad. La narrativa deja claro que el amor no siempre aparece para completar, sino para revelar aquello que creíamos perdido.
La puesta en escena utiliza la luz, los espacios y los contrastes urbanos como un espejo emocional de los personajes. Ciudades nocturnas, habitaciones silenciosas y paisajes abiertos enmarcan cada momento de introspección. La cámara se mueve con suavidad, permitiendo que los silencios tengan el mismo peso que los diálogos. Cada rincón del mundo que habitan parece contar una historia paralela, reforzando la idea de que los protagonistas están buscando algo más grande que ellos mismos, algo que quizá siempre estuvo escondido en la sombra de sus propios miedos.
El vínculo que se forma entre los protagonistas no es inmediato ni idealizado. Es un acercamiento cuidadoso, lleno de dudas, errores y momentos de sinceridad luminosa. La película evita caer en clichés, mostrando un romance que se construye desde la imperfección humana. Ambos descubren que amar implica aceptar las cicatrices del otro y encontrar belleza en aquello que parece roto. El guion apuesta por un tono maduro que privilegia la emoción genuina por encima del dramatismo exagerado.
El desenlace de Lo que le falta a esta estrella (2025) ofrece una mezcla de esperanza y reflexión, recordando que el amor no siempre llega para resolver todos los problemas, pero sí para iluminar el camino hacia una versión más auténtica de uno mismo. La película cierra con una nota poética, evocadora y cálida, invitando al espectador a preguntarse qué nos falta realmente para sentirnos completos y cómo, a veces, la respuesta aparece en las personas menos esperadas.