
Dirigida por Lee Tae-sung y estrenada en 2025 con el título original Samagwi, la película introduce a Mantis, un asesino de élite que regresa de un periodo de retiro con la intención de mantenerse al margen del mundo criminal. Su aparente calma se rompe cuando descubre la muerte de Cha Min Kyu, líder de MK Enterprise, la organización que marcó su vida y su carrera. Este acontecimiento no solo reabre viejas heridas, sino que obliga a Mantis a enfrentarse a un pasado que creía haber dejado atrás, planteando desde el inicio un conflicto entre la libertad personal y la lealtad forzada.
La desaparición de Cha Min Kyu deja a MK Enterprise sumida en la incertidumbre. La organización, construida sobre jerarquías estrictas y obediencia absoluta, pierde a su figura central, generando un peligroso vacío de poder. En Mantis, este contexto se convierte en el detonante de múltiples tensiones internas, ya que antiguos miembros, asesinos activos y figuras retiradas comienzan a reposicionarse. La película muestra cómo la muerte de un líder puede desestabilizar un sistema entero, revelando ambiciones ocultas y viejas rivalidades.
Entre los asesinos que rodean a Mantis aparece J, una figura clave tanto en lo emocional como en lo narrativo. J entrenó junto a él desde sus inicios y se convirtió en una ejecutora letal dentro de MK Enterprise. Sin embargo, su expulsión tras caer en desgracia la dejó fuera del sistema y cargando un profundo resentimiento. La relación entre ambos está atravesada por recuerdos compartidos, confianza rota y sentimientos nunca resueltos. La película explora esta conexión compleja, donde la colaboración profesional se mezcla con una cercanía emocional peligrosa.
Dok Ko, uno de los fundadores de MK Enterprise y antiguo mentor de Mantis, representa el pasado que se niega a desaparecer. Tras haber abandonado el mundo del crimen, la muerte de Cha Min Kyu lo obliga a regresar para tomar el control de la organización. En Mantis, Dok Ko encarna la figura del maestro que busca recuperar a su discípulo más brillante, apelando a la lealtad, la disciplina y el legado compartido. Su presencia introduce un conflicto moral profundo, donde la admiración y la manipulación se confunden.
El núcleo del relato se centra en la decisión de Mantis de romper definitivamente con MK Enterprise. Su intento de iniciar una nueva vida junto a otros asesinos a sueldo refleja un deseo genuino de cambio, pero también la dificultad de escapar de un pasado construido sobre la violencia. Cada acercamiento de Dok Ko y cada recuerdo compartido con J ponen a prueba su determinación. La película plantea que abandonar una vida criminal no depende solo de la voluntad, sino de enfrentar las consecuencias emocionales y las deudas pendientes.
El tramo final de Mantis se apoya en el choque entre lealtades antiguas y nuevas convicciones. La presión de MK Enterprise, el regreso de figuras del pasado y la fragilidad de las alianzas actuales empujan a Mantis a definirse. La historia no presenta soluciones simples ni finales idealizados, sino un retrato crudo de un hombre que busca redención en un mundo que no perdona. La película cierra como un thriller intenso y contenido, donde cada decisión tiene un costo y el pasado siempre exige ser enfrentado.