
Cuando John y Jenny adoptan a un cachorro labrador, lo último que imaginan es que están trayendo a casa un huracán con patas. Marley no es un perro fácil: rompe muebles, devora todo lo que encuentra y jamás pasa desapercibido. Pero mientras la pareja navega por las alegrías y dificultades del matrimonio, la crianza de hijos y las crisis personales, Marley se convierte en el corazón indomable de su familia.
Basada en las memorias de John Grogan, la película retrata con ternura y humor cómo los pequeños detalles del día a día —las rutinas, los errores, los desastres— acaban siendo los pilares de una vida bien vivida. Owen Wilson y Jennifer Aniston logran una química auténtica, dando vida a una pareja que crece tanto como ama.
Marley no es el perro perfecto. Pero en su caos, en su alegría contagiosa y su presencia constante, representa algo más profundo: la lealtad incondicional, el amor sin filtros, y esa sensación de hogar que no siempre tiene forma de casa… sino de mirada peluda y patas sucias.
Dirigida por David Frankel, la película mezcla comedia familiar con drama sincero, sin caer en golpes bajos ni sentimentalismo forzado. Todo fluye con naturalidad, como la vida misma: entre risas, frustraciones, abrazos… y despedidas que duelen de verdad.
Marley y yo es una historia sobre la familia, el paso del tiempo y el tipo de amor que te cambia sin que te des cuenta. Ideal para quienes han amado a una mascota como a un hijo, o para cualquiera que sepa que los vínculos más profundos a veces vienen con cola y ladrido.