
Dirigida por Jay Russell, Mi mascota es un monstruo (título original: The Water Horse: Legend of the Deep) es una entrañable aventura familiar inspirada en la famosa leyenda del monstruo del Lago Ness. Mezclando fantasía, emoción y un toque histórico, la película nos invita a creer en lo imposible a través de la mirada de un niño y su insólito amigo acuático.
La historia sigue a Angus MacMorrow (Alex Etel), un niño que vive en Escocia durante la Segunda Guerra Mundial. Un día, mientras explora la orilla del lago, encuentra un extraño huevo que pronto eclosiona, dando vida a una pequeña criatura marina a la que llama Crusoe. Lo que comienza como una adorable mascota pronto se convierte en una criatura gigante, obligando a Angus a proteger su secreto mientras el lago y el país entero se preparan para la guerra.
Alex Etel ofrece una interpretación llena de inocencia y emoción, transmitiendo la pureza de la infancia y el deseo de creer en lo extraordinario. Emily Watson brilla como su madre, preocupada por mantener un hogar en tiempos difíciles, y Ben Chaplin aporta calidez como el trabajador que se convierte en figura paterna para Angus. Cada personaje aporta humanidad y profundidad a esta historia mágica.
La película deslumbra con sus paisajes escoceses, filmados con una fotografía que combina niebla, luz y agua para crear una atmósfera mística. El diseño de Crusoe, la criatura acuática, es encantador y expresivo: un equilibrio entre ternura y majestuosidad. La dirección de Jay Russell logra que la relación entre el niño y su amigo monstruoso se sienta genuina y llena de vida.
La banda sonora compuesta por James Newton Howard refuerza el tono emocional de la película con melodías suaves y épicas a la vez. Las notas acompañan el crecimiento de Angus y la evolución de Crusoe, envolviendo cada escena en un aire de magia y nostalgia. La música, al igual que la historia, combina ternura y aventura con delicadeza.
Mi mascota es un monstruo (2007) —The Water Horse: Legend of the Deep— es una película que celebra la imaginación, la esperanza y el lazo entre un niño y su amigo imposible. Con un mensaje de amor hacia la naturaleza y la valentía de creer en lo que otros no ven, es una historia que invita a soñar y a recordar que, a veces, los monstruos más grandes son los que nos enseñan a volar más alto.