
Dirigida por Hamish Grieve, Monstermanía (título original Rumble) nos lleva a un mundo donde los monstruos son superestrellas del deporte y las arenas de combate son el centro del espectáculo. Con una historia llena de energía, humor y ritmo, la película combina el espíritu del boxeo con el colorido de la animación moderna, en una aventura que mezcla acción y comedia con mucho corazón.
En un mundo donde la lucha de monstruos es el entretenimiento más popular, la joven Winnie Coyle sueña con seguir los pasos de su padre, un legendario entrenador. Su oportunidad llega cuando conoce a Steve, también conocido como Rayburn Jr., un monstruo enorme pero sin motivación que prefiere bailar antes que pelear. Juntos deciden entrenar para enfrentar al invencible campeón Tentacular y devolverle la gloria al pueblo que perdió la fe en sus héroes.
Will Arnett da voz a Steve con su característico tono cómico y entrañable, mientras Geraldine Viswanathan aporta entusiasmo y determinación a Winnie. Terry Crews completa el trío principal con una interpretación llena de energía como el vanidoso Tentacular. Cada personaje tiene su propio encanto, logrando una dinámica divertida y optimista que mantiene viva la historia.
Visualmente, Monstermanía destaca por su colorido diseño y por la creatividad con la que representa las peleas. Los monstruos, lejos de ser aterradores, son carismáticos y expresivos, llenos de detalles y personalidad. Las secuencias de combate son dinámicas, con coreografías que mezclan la fuerza con el humor. Además, la música y el ritmo latino que acompaña los entrenamientos le dan un toque distintivo y alegre a la película.
La historia, aunque sencilla, transmite un mensaje claro sobre la perseverancia, la confianza y la importancia de encontrar el propio camino. Winnie y Steve no buscan solo ganar, sino descubrir quiénes son realmente. Es una película que celebra la amistad, el trabajo en equipo y la autenticidad, sin perder el tono liviano y divertido que la hace ideal para toda la familia.
Monstermanía (2021) es una comedia animada que cumple su objetivo: entretener, hacer reír y dejar una sonrisa al final. Con personajes carismáticos, animación brillante y una historia optimista, ofrece una hora y media de diversión para grandes y chicos. No busca reinventar el género, pero sí recordar que incluso los más grandes monstruos pueden brillar… si encuentran su propio ritmo.