
Dirigida por Caradog W. James, No toques dos veces (Don’t Knock Twice) es un thriller de terror británico que mezcla mitología urbana, drama familiar y lo sobrenatural. Estrenada en 2016, la película combina una atmósfera oscura y gótica con una historia sobre la culpa, la redención y los lazos entre madre e hija, envuelta en una maldición aterradora.
La trama sigue a Chloe (Lucy Boynton), una joven que vive en un internado y que, junto a un amigo, decide probar una vieja leyenda: si tocas dos veces la puerta de la casa de una anciana muerta, despertarás a una entidad demoníaca conocida como Baba Yaga. Poco después, su amigo desaparece misteriosamente y Chloe comienza a ser acosada por presencias paranormales. Desesperada, busca refugio con su madre Jess (Katee Sackhoff), una escultora con un pasado problemático que intenta recuperar la relación perdida con su hija. Pero pronto ambas descubrirán que el mal no se puede encerrar tras una puerta… especialmente si ya ha sido llamado.
Katee Sackhoff destaca por su interpretación intensa y emocional como una madre marcada por la culpa y el deseo de redimirse. Lucy Boynton aporta vulnerabilidad y fuerza al papel de Chloe, logrando que el espectador conecte con su miedo y confusión. La química entre ambas sostiene la historia, que combina el drama familiar con el terror sobrenatural. El elenco secundario, encabezado por Nick Moran y Richard Mylan, complementa el tono sombrío del relato.
Caradog W. James crea una atmósfera lúgubre y opresiva, apoyándose en escenarios oscuros, casas deterioradas y una iluminación tenue que refuerza el tono de pesadilla. El terror surge tanto de lo que se ve como de lo que se sugiere, con el uso de espejos, sombras y sonidos distantes. Aunque se basa en elementos clásicos del género —leyendas urbanas, espíritus vengativos, puertas prohibidas—, la película mantiene una tensión constante y un aire de tragedia personal.
El diseño sonoro juega un papel fundamental: los golpes, los susurros y el eco de los pasillos vacíos amplifican la sensación de amenaza. La banda sonora, discreta pero efectiva, subraya los momentos de suspense sin abusar de los sobresaltos fáciles, lo que ayuda a mantener la atmósfera de inquietud de principio a fin.
No toques dos veces (2016) combina el miedo clásico con una historia emocional sobre el perdón y la maternidad. Caradog W. James logra un equilibrio entre el terror sobrenatural y el drama humano, entregando una película visualmente cuidada, inquietante y melancólica. Con una Katee Sackhoff convincente y un mito que cobra vida de forma aterradora, la cinta se convierte en una experiencia escalofriante sobre cómo algunas puertas, una vez abiertas, ya no pueden cerrarse. 🔔