
Dirigida por Mike Flanagan, Ouija 2: El origen del mal (título original Ouija: Origin of Evil) es la precuela de la película de 2014. Protagonizada por Elizabeth Reaser, Annalise Basso, Henry Thomas y Lulu Wilson, esta entrega sorprende por su enfoque más cuidado y aterrador, elevando considerablemente la calidad respecto a su predecesora.
Ambientada en Los Ángeles en 1967, la historia sigue a Alice Zander (Reaser), una viuda que trabaja como médium falsa junto a sus dos hijas para ganarse la vida. Al incorporar una tabla Ouija a sus sesiones, sin saberlo abre la puerta a una presencia oscura que posee a su hija menor, Doris (Wilson). Lo que comienza como un simple acto para atraer clientes se transforma en una auténtica pesadilla sobrenatural.
Lulu Wilson ofrece una interpretación memorable como Doris, logrando momentos realmente inquietantes. Elizabeth Reaser aporta profundidad emocional al papel de madre protectora, mientras que Annalise Basso transmite el conflicto adolescente con naturalidad. El elenco contribuye a que la historia funcione tanto como drama familiar como terror sobrenatural.
Conocido por su estilo atmosférico, Mike Flanagan construye el terror a través de encuadres precisos, ritmo pausado y detalles visuales clásicos, en lugar de abusar de sustos fáciles. La ambientación sesentera, la iluminación tenue y los movimientos de cámara lentos aportan un aire nostálgico que recuerda al cine de terror de los 70.
La música y el diseño sonoro juegan un papel clave en la creación de tensión. Susurros, ruidos inexplicables y momentos de silencio absoluto se combinan para generar miedo genuino sin necesidad de exageraciones.
Ouija 2: El origen del mal (2016) demuestra que, con una buena dirección y un enfoque atmosférico, incluso una saga derivada puede ofrecer terror de calidad. Con un ritmo inteligente, excelentes actuaciones y un estilo visual cuidado, se posiciona como una de las películas de terror más destacadas de su año.