
Dirigida por Kunihiko Yuyama y estrenada en el año 2000 con el título original Pokémon 3: The Movie – Spell of the Unown, esta tercera entrega del universo cinematográfico de Pokémon se adentra en un territorio más emocional y oscuro, explorando cómo la soledad y el duelo pueden alterar el mundo de formas impredecibles. Con una narrativa que combina fantasía, misterio y un trasfondo profundamente humano, la película presenta a los Unown como fuerzas capaces de convertir los deseos de un corazón herido en una realidad peligrosa y hermosa al mismo tiempo.
La historia gira en torno a Molly Hale, una niña marcada por la desaparición de su padre, un investigador dedicado a estudiar a los enigmáticos Unown. Su soledad y tristeza se vuelven tan intensas que, al entrar en contacto con estas criaturas, su mundo emocional se materializa alrededor de ella. La película retrata con una sensibilidad sorprendente cómo el dolor infantil puede transformarse en fantasía… y también en caos.
Los Unown son presentados como entidades misteriosas capaces de manipular la realidad según las emociones humanas. Su poder es visualmente impactante: patrones flotantes, estructuras geométricas que se expanden y un aura enigmática que convierte la ciudad en un reino distorsionado. La película utiliza esta estética para simbolizar el universo interior de Molly, donde el deseo de compañía y protección se vuelve una fuerza descontrolada.
Una de las ideas más conmovedoras del filme es la creación de Entei, una criatura legendaria que se convierte en la encarnación del deseo de Molly por tener un padre. Entei es noble, protector y a la vez trágico: existe solo gracias al dolor de la niña. La relación entre ambos es tan tierna como inquietante, mostrando cómo el amor puede mezclarse con la fantasía de forma peligrosa cuando la realidad se vuelve demasiado difícil de soportar.
Ash, Misty y Brock se ven envueltos en esta crisis cuando la fantasía de Molly captura incluso a la madre del protagonista. Lo que sigue es una aventura emotiva donde Ash no solo lucha contra un enemigo, sino contra la idea misma de renunciar a la realidad. El grupo se enfrenta a pruebas que mezclan batallas Pokémon con dilemas emocionales, reforzando los valores de amistad, valentía y empatía que definen a la franquicia.
El clímax revela la verdadera naturaleza del vínculo entre Molly, los Unown y Entei, llevando a un desenlace lleno de lágrimas, aceptación y amor. La niña comprende que la fantasía no puede reemplazar el dolor, pero sí puede acompañarlo hasta transformarse en fortaleza. La ciudad vuelve a la normalidad, Entei desaparece con dignidad y Molly recupera la esperanza. “Pokémon 3: El hechizo de los Unown” cierra como una de las entregas más emocionales de la saga, recordando que incluso en la magia más peligrosa hay espacio para la sanación.