
Dirigida por Fede Álvarez, Posesión infernal (título original: Evil Dead) es un impactante reinicio del clásico de culto de 1981 dirigido por Sam Raimi. Con el propio Raimi y Bruce Campbell como productores, esta nueva versión eleva el nivel de horror físico y psicológico, entregando una experiencia brutal, intensa y visualmente perturbadora que honra el espíritu original mientras lo actualiza para una nueva generación.
Cinco amigos se reúnen en una cabaña aislada en el bosque para ayudar a Mia (Jane Levy) a superar su adicción a las drogas. Sin embargo, el hallazgo de un libro encuadernado en piel humana —el Necronomicón— desata fuerzas demoníacas que convierten el retiro en un infierno. Uno a uno, los jóvenes son poseídos por entidades malignas que transforman la cabaña en una trampa sangrienta de la que escapar parece imposible.
Jane Levy ofrece una actuación sobresaliente, encarnando a una protagonista que pasa del sufrimiento humano al terror sobrenatural con una entrega física impresionante. Su transformación a lo largo del film la convierte en un símbolo de resistencia. El resto del elenco —Shiloh Fernandez, Lou Taylor Pucci, Jessica Lucas y Elizabeth Blackmore— sostiene el tono de desesperación y caos con interpretaciones intensas y realistas.
Fede Álvarez apuesta por efectos prácticos en lugar de CGI, logrando un resultado visualmente impactante. La película se caracteriza por su atmósfera opresiva, su fotografía sombría y un uso inteligente del color rojo que impregna cada secuencia de sangre y sufrimiento. Las escenas de mutilación, posesión y violencia están filmadas con crudeza y precisión, generando una sensación de horror físico pocas veces vista en el cine moderno.
La banda sonora, compuesta por Roque Baños, utiliza coros inquietantes, violines desgarradores y efectos sonoros intensos para acompañar la espiral de locura. Cada crescendo musical se siente como una advertencia, amplificando la tensión y el miedo. El diseño sonoro juega un papel fundamental, haciendo que cada golpe, grito y corte se sienta cercano y visceral.
Posesión infernal (2013) —Evil Dead— es un reinicio feroz y respetuoso que devuelve al cine de terror su esencia más extrema. Con un ritmo implacable, un tono serio y una dirección visual impecable, Fede Álvarez ofrece una experiencia que combina homenaje y reinvención. No hay humor, solo horror puro, dolor y supervivencia. Una obra imprescindible para los amantes del género y una de las mejores reinterpretaciones del terror moderno.