
Dirigida por Scott Stewart, Priest: El vengador (Priest) es una película de acción, terror y ciencia ficción estrenada en 2011, inspirada en el manhwa coreano de Hyung Min-woo. Con un estilo que combina estética postapocalíptica, western y cyberpunk, la cinta presenta un mundo devastado por la guerra entre humanos y vampiros, donde un héroe solitario se levanta contra las sombras.
La historia sigue a Priest (Paul Bettany), un guerrero perteneciente a una orden de sacerdotes entrenados para exterminar vampiros. Tras años de relativa paz, descubre que su sobrina Lucy (Lily Collins) ha sido secuestrada por los vampiros, y que un enemigo del pasado está detrás de todo. Desobedeciendo las órdenes de la Iglesia, Priest emprende un viaje peligroso junto a Hicks (Cam Gigandet), un joven sheriff, para rescatarla antes de que sea demasiado tarde.
Paul Bettany vuelve a brillar en un rol de acción sombrío, esta vez como un sacerdote guerrero implacable. Carl Urban interpreta a Black Hat, un exsacerdote convertido en líder vampiro y principal antagonista, con una presencia amenazante y magnética. Lily Collins aporta frescura como Lucy, la joven en peligro que se convierte en el motor de la misión, mientras que Maggie Q destaca como Priestess, una aliada poderosa que equilibra disciplina y humanidad.
La película resalta por su estética oscura, mezclando paisajes desérticos que evocan el western con ciudades futuristas dominadas por la Iglesia. Los vampiros son representados como criaturas monstruosas y veloces, en contraste con los humanos encadenados a un sistema opresivo. La dirección artística ofrece un mundo sombrío y decadente, reforzando la atmósfera apocalíptica.
La banda sonora, compuesta por Christopher Young, combina elementos corales con música épica y siniestra, reforzando la tensión en las escenas de acción. El tono general es serio y oscuro, con influencias del cine de terror gótico y el western moderno, creando un híbrido único aunque arriesgado.
Priest: El vengador (2011) es una propuesta visualmente ambiciosa que mezcla géneros y estilos en un relato de fe, venganza y supervivencia. Aunque no logró gran éxito en taquilla y recibió críticas mixtas, ha sido revalorizada como una obra de culto por su estética distintiva, su atmósfera gótica y la intensidad de Paul Bettany. Una película que, sin reinventar el género, ofrece un espectáculo oscuro y estilizado que atrae a los amantes de la acción fantástica.