
Dirigida nuevamente por Paul W.S. Anderson, Resident Evil: La venganza (Resident Evil: Retribution) es la quinta entrega de la saga cinematográfica inspirada en los videojuegos de Capcom. Estrenada en 2012, la película apuesta por un tono aún más visual y estilizado, con secuencias diseñadas para el 3D y un desfile de personajes icónicos que regresan en medio del caos apocalíptico.
La historia comienza con Alice (Milla Jovovich) capturada por Umbrella en una base submarina secreta. Allí descubre que la corporación ha desarrollado instalaciones de simulación capaces de recrear escenarios urbanos infestados de zombis, desde Tokio hasta Moscú. Con la ayuda de viejos aliados y nuevos compañeros, Alice deberá escapar enfrentándose a clones, armas biológicas y a la implacable Jill Valentine (Sienna Guillory), controlada mentalmente por Umbrella.
Milla Jovovich vuelve a brillar como Alice, con un protagonismo absoluto en escenas de acción. La película recupera a personajes emblemáticos como Michelle Rodriguez (Rain Ocampo) y Colin Salmon (One), quienes regresan en forma de clones. También se introduce a Ada Wong (Li Bingbing), figura clave de los videojuegos, que aporta elegancia y misterio. El enfrentamiento entre Alice y Jill, fiel al espíritu de la saga, es uno de los puntos culminantes del filme.
La cinta destaca por su estructura episódica, presentando diferentes escenarios de combate inspirados en los videojuegos: desde un suburbio estadounidense hasta las nevadas calles de Moscú. Cada secuencia está diseñada para el espectáculo, con coreografías de acción estilizadas y efectos visuales pensados para aprovechar la tecnología 3D. El resultado es un festín visual, aunque a veces en detrimento de la coherencia narrativa.
La banda sonora, compuesta por Tomandandy, mantiene el estilo electrónico y oscuro ya presente en la entrega anterior. Sus ritmos frenéticos acompañan las secuencias de combate y refuerzan la sensación de adrenalina constante, en sintonía con el tono exagerado de la película.
Resident Evil: La venganza lleva la saga a un nivel de espectáculo casi videojueguil, con un enfoque total en la acción y los combates visualmente impactantes. Aunque recibió críticas por su guion limitado y su dependencia de los efectos especiales, supo satisfacer a los fans que buscaban entretenimiento explosivo y la presencia de personajes clásicos. Una entrega que funciona como puente hacia el desenlace de la franquicia.