
Justo cuando Scott Calvin ha logrado equilibrar su vida como Santa Claus y como padre de familia, aparece un nuevo desafío: Jack Frost, una figura ambiciosa que quiere robarle el protagonismo a Santa y apoderarse de la Navidad. Y lo peor es que encuentra una forma de hacerlo legalmente, gracias a una cláusula olvidada: la “Cláusula Escape”.
Frost engaña a Scott y lo transporta a una línea temporal en la que nunca fue Santa, y donde el Polo Norte se ha convertido en una atracción comercial sin alma. Para restaurar el orden y salvar las fiestas, Scott debe redescubrir lo que significa ser Santa, confiar en su familia y recuperar el espíritu que lo convirtió en el guardián de la Navidad.
Dirigida por Michael Lembeck, esta tercera entrega mezcla humor familiar, elementos de fantasía y una historia que viaja en el tiempo. Aunque más ligera que las anteriores, ofrece momentos encantadores y reflexivos sobre las decisiones, el amor… y las segundas oportunidades.
La música conserva ese tono festivo que acompaña a la saga, combinando villancicos, melodías emotivas y un toque invernal que recuerda que la Navidad es, ante todo, una celebración del corazón.
Santa Cláusula 3: Complot en el Polo Norte cierra la trilogía con una historia sobre elecciones, ego y redención. Una película que nos recuerda que incluso en el caos más frío, siempre hay una chispa de calidez que puede encender la magia otra vez.