
Dirigida por Jaco Van Dormael y estrenada en 2009 con el título original Mr. Nobody, Sr. Nadie (2009) nos sitúa en el año 2092, en una humanidad que ha conquistado la inmortalidad. En ese futuro perfecto y aséptico, Nemo Nobody, interpretado por Jared Leto, es el último ser humano que aún puede morir. Con 118 años, postrado en una cama y observado por científicos y periodistas, Nemo comienza a relatar su vida… o mejor dicho, sus múltiples vidas posibles.
La historia se construye a partir de un momento clave en la infancia de Nemo: la separación de sus padres. En un andén de tren, el niño debe decidir si irse con su madre o quedarse con su padre. A partir de esa decisión —y de otras que surgen en distintas realidades— la película despliega líneas temporales alternativas donde Nemo vive vidas completamente distintas. El relato no avanza de forma lineal, sino fragmentada, obligando al espectador a reconstruir el rompecabezas emocional y temporal.
Las diferentes versiones de la vida de Nemo giran en torno a tres mujeres fundamentales. Anna (Diane Kruger) representa el amor intenso y trágico, marcado por el destino y la imposibilidad. Elise (Sarah Polley) encarna una relación marcada por la fragilidad emocional, la depresión y el desgaste. Jeanne (Lin Dan Pham) simboliza una vida estable pero vacía, construida desde la comodidad y no desde el deseo. Cada relación muestra cómo una sola elección puede definir toda una existencia.
A medida que Nemo envejece, sus recuerdos comienzan a mezclarse. No queda claro qué vidas son reales y cuáles solo posibilidades. La película sugiere que todas existen simultáneamente hasta que se toma una decisión. La mente de Nemo funciona como un universo donde el tiempo no es lineal y donde cada “qué hubiera pasado si” tiene el mismo peso que lo vivido. Esta confusión no es un error narrativo, sino el corazón mismo de la historia.
Hacia el final, se revela que el universo de Sr. Nadie está destinado a colapsar y reiniciarse. En el instante previo a su muerte, Nemo comprende que mientras no elija, todas las posibilidades existen. Cuando finalmente acepta el vacío y la incertidumbre, el tiempo comienza a retroceder. La película sugiere que la vida no se trata de tomar la decisión correcta, sino de aceptar que cada decisión elimina infinitos futuros alternativos.
El desenlace deja al espectador con más preguntas que respuestas. Nemo muere, pero el universo parece reiniciarse, insinuando que todo puede comenzar de nuevo. Sr. Nadie (2009) no ofrece una verdad absoluta, sino una reflexión profunda sobre el amor, el libre albedrío, el miedo a elegir y la belleza de lo efímero. Es una obra que invita a aceptar que no vivir todas las vidas posibles es, precisamente, lo que hace valiosa a la que sí vivimos.