
Dirigida por Paul McGuigan y protagonizada por James McAvoy y Daniel Radcliffe, Victor Frankenstein ofrece una reinterpretación fresca y dinámica del mito literario creado por Mary Shelley. Más que una historia de terror, esta versión se enfoca en la amistad, la obsesión y las consecuencias del deseo de desafiar las leyes de la naturaleza.
La historia comienza con Igor (Daniel Radcliffe), un joven médico autodidacta que vive en condiciones precarias hasta que es rescatado por el excéntrico científico Victor Frankenstein (James McAvoy). Fascinado por la inteligencia y el ingenio de Igor, Victor lo convierte en su asistente, y juntos se embarcan en un proyecto que busca crear vida a partir de la muerte. Pero mientras Victor se adentra cada vez más en la locura de su ambición, Igor empieza a cuestionar los límites éticos de su trabajo.
James McAvoy se luce como un Frankenstein apasionado y desbordado, lleno de energía y arrogancia, un hombre que juega a ser Dios sin medir las consecuencias. Daniel Radcliffe, por su parte, aporta sensibilidad y humanidad como Igor, el verdadero corazón de la película. La relación entre ambos personajes —de amistad, dependencia y conflicto moral— es el eje que sostiene toda la historia.
Victor Frankenstein destaca por su cuidada ambientación en la Inglaterra del siglo XIX, llena de laboratorios góticos, calles brumosas y palacios sombríos. La dirección de Paul McGuigan combina el encanto visual del cine clásico con una puesta en escena moderna y ágil. Los efectos visuales y la música orquestal acompañan el tono épico de la historia, manteniendo el equilibrio entre lo científico y lo fantástico.
A diferencia de otras adaptaciones, esta versión se centra en las motivaciones de los personajes más que en el horror del monstruo. La película plantea preguntas sobre la moralidad de la ciencia y el costo de la ambición desmedida. Igor se convierte en la conciencia que intenta redimir a un Frankenstein cegado por su obsesión, recordándonos que el verdadero monstruo no siempre es la creación, sino quien la engendra.
Victor Frankenstein (2015) es una reinvención audaz del clásico literario, con un enfoque más emocional que terrorífico. Con un dúo protagónico de gran química, una dirección elegante y una reflexión profunda sobre la ética y la creación, la película logra darle nueva vida a una historia que sigue fascinando siglos después. Una obra que demuestra que, incluso en medio de la oscuridad, la ciencia y el corazón siguen en conflicto eterno.