
Dirigida por Merlin Crossingham y Nick Park y estrenada en 2024 con el título original Wallace & Gromit: Vengeance Most Fowl, esta nueva entrega del icónico dúo recupera el encanto clásico de Aardman para enfrentar a Wallace y Gromit con una amenaza conocida, absurda y sorprendentemente peligrosa. Con su mezcla característica de comedia, inventos disparatados y una profundidad emocional sutil, la película ofrece una historia que combina lo familiar con lo renovado, manteniendo viva la esencia que convirtió a estos personajes en parte fundamental de la animación británica.
La historia se desarrolla en la pintoresca casa de Wallace, en su caótico taller de inventos y en calles tranquilas que pronto se ven envueltas en situaciones cada vez más absurdas. Aardman vuelve a demostrar su habilidad para crear ambientes llenos de encanto: desde electrodomésticos de manufactura imposible hasta mecanismos que parecen funcionar solo por terquedad. Pero bajo la apariencia amable del vecindario, la animación introduce sombras, silencios y pequeños indicios del antagonista que convierten lo cotidiano en una amenaza inminente.
Wallace sigue siendo el inventor soñador, entusiasta y ligeramente despistado, siempre convencido de que su próximo proyecto cambiará el mundo. Gromit, su fiel perro, continúa siendo la voz de la razón: observador, prudente y emocionalmente expresivo sin pronunciar una sola palabra. Su relación es el corazón de la película, marcada por el cariño, la confianza y la complicidad. Las miradas de Gromit, los tropiezos de Wallace y la manera en que ambos se complementan generan momentos que mezclan ternura y humor con naturalidad.
El conflicto surge con el retorno de un antagonista icónico del universo de Wallace y Gromit, cuya obsesión por vengarse desencadena una serie de situaciones tan cómicas como amenazantes. El villano utiliza tecnología improvisada, disfraces absurdos y un ingenio desbordante para poner en jaque a los protagonistas. La película explora la tensión entre el peligro real y la comicidad, mostrando cómo incluso las motivaciones más extravagantes pueden desencadenar un caos monumental si no se les detiene a tiempo.
Crossingham y Park mantienen el estilo clásico de animación cuadro por cuadro, enriquecido ahora con técnicas modernas que realzan la fluidez y la expresividad de los personajes. La fotografía apuesta por colores cálidos, texturas detalladas y movimientos de cámara que potencian el ritmo cómico y la tensión narrativa. Cada escena es un homenaje al trabajo manual, con una atención al detalle que convierte cada objeto y cada gesto en parte esencial del humor visual característico de Aardman.
El desenlace reúne acción, emoción y una resolución tan absurda como encantadora, recordando por qué Wallace y Gromit han cautivado a generaciones. Los protagonistas enfrentan el peligro con creatividad y afecto mutuo, cerrando una aventura que celebra la amistad y la capacidad de reír incluso en los momentos más tensos. La venganza se sirve con plumas concluye como un tributo al humor, la artesanía y el estilo inconfundible de un dúo que sigue siendo único en el paisaje de la animación mundial.